22.4.06

te falta mambo, te sobra muerte y pasarela

A veces llego a detestarme a mí mismo y mi departamento de Propaganda cuando pienso que vivo en un barrio kirchnerista. El vértice donde se cruzan San Cristóbal, Montserrat y Constitución. Donde se lo llevaron a Walsh. Donde los condominios se agolpan sobre una base de almacenes típicos que no saben que el zeitgeist también es un commodity, bodegones y latas amontonadas frente a la iluminada y cerrada plaza Cochabamba, travestis cucurtianas y fiolos telerminianos y el sujeto cartonero: ahí vivo yo. Un edificio construido durante la época en que Argentina descansaba sobre muslos de gigantes y donde cualquier estadística del INDEC revelaría un contundente ascenso en el promedio de edad de la franja etárea. Toda una cuadrícula cuya existencia precede a mi subjetividad coyuntural. Ahí, en la puerta exterior, hoy encontré que alguién talló con algún instrumento filoso un desconcertante MONTONERO sobre el vidrio limpio. No Montoneros: Montonero.
No sé para qué sirve la intimidad pero me gusta cultivarla. Hoy tuve que trabajar medio día y media mañana la pasé leyendo las entradas de Wikipedia acerca del maoísmo. Llegué luego de leer la escueta nota de Clarín que hablaba de otra jornada de caos en Nepal donde los partidos opositores, aglutinados detrás de la vertiente maoísta del Partido Comunista de Nepal, exigen elecciones generales. Caí en Wikipedia preguntándome cómo sería el maoísmo en Nepal. Leí las entradas sobre maoísmo, Mao, Revolución Cultural, Gran Salto Adelante, inclusive me guardé algunas fotitos muy lindas del Gran Timonel. El hambreador de 30 millones de personas y el dedo que corrió apenas un casillero en el nivel de democratización de un país campesino habitado por 1.306.313.812 personas. Antes había encontrado una galería de "dictadores del mes" que supo dedicarle uno al Pocho (¡Back to Peron!) y me regalaba esta foto gloriosa: ¿cuántos años atrás me hubiese parecido espantosa? En el subte tuve que pensar en esa no tan vieja novela de Don DeLillo que en su momento, cuando la compré, me la llevé atraído por la tapa con el rostro de Mao serigrafiado por Warhol. Ensayé algunas lecturas insuficientes: sí, pero DeLillo tiene el claro signo del norteamericano con genes protestantes y point of views progresistas; sólo queda el sistema de medios como una forma posible de la épica, etc. etc. Obvio que es importante: la contracara sería Jardines de Kensington. Pienso y resumo: es el Gran Salto Adelante; el siglo XX se lo morfó todo; mi barrio es kirchnerista y entonces siento lo mismo que al escuchar All along the watchtower: no puedo dejar de pensar en una fila de soldados norteamericanos cruzando un río leporino de Vietnam, vistos en un montaje televisivo (...)

"El futuro pertenece a las masas"

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