25.9.06

la entrega

Clau me dice que un día de estos nos tendríamos que sentar a discutir sobre política, y agrega: "si te atrevés". Creo que me quiere correr por izquierda. Todo bien: estoy acostumbrado. Mi super yo se extravió en una cena de fin de año, un año después del 19 y 20, mientras escuchaba a uno de esos tíos indiferentes reclamar que se quede Duhalde en la presidencia, que estaba haciendo las cosas bien. Inclusive a mi viejo, la izquierda de la familia, la izquierda liberal á la Regis Debray -pero toda, toda la biografía de Regis Debray- también se lo escuché decir. Papá: mi problema con la política es humano: o me aburre o estoy -ya estoy- hasta las manos. Por ejemplo. Desde que lo vimos el domingo pasado en Periodistas, el programa que conducen Zlotogwiazda y Tenembaum, creo, aunque ese domingo estaba Claudio Martínez, el productor, quedé medio obsesionado con la figura de Daniel Osvaldo Scioli. A ver: sus intervenciones ese día fueron brillantes, o sólidas, bastante sorpresivas para el caso. Más alla de cierto filo azuzado de Zloto, tímido, con esa discresión que le genera enfisema pulmonar a Lanata. Digo: aunque se note la costura de los asesores al vicepresidente y las preguntas descastadas ya no lleguen a ningún lado, habría que prestarle una mínima atención a su biografema. Si hasta Wikipedia acepta que es claro candidato a la jefatura de gobierno de la ciudad y, para mí, claro candidato del Frente para la Victoria. Es raro porque a medida que, desde el 2003, iba avanzando cierta desmesura épica, de alguna manera el verso aquél del fin de la política -o el otro: el del regreso de la política- se deshacía lentamente; y ahora, cuando ves a tipos como Scioli, gestores, una suerte de paladines del sueño flexible de la política como administración, ves a ciertos candidatos del HSM como él y están levantando la hojita de coca que mostró Evo en su discurso en la ONU. E insisto: me chupan un huevo los asesores, los Aítos de los candidatos. En democracía, la política macro la estelarizan veinticinco tipos y lo que realmente importa, al final de cuenta, es su equipo de trabajo: no me importa que no te guste K: mirá las organizaciones paraestatales 2006 y después vemos. Más allá de la reforma o no, Néstor se va a ir en algún momento y todo parece indicar que se viene un nuevo menemismo: quiero decir, otra vez el sayo, otra vez la síntesis, otra vez los que reducen la política a su lugar común. En tres semanas o menos, murió Frigerio y después Gorriarán: los mejores obituarios los vas a encontrar acá, respectivamente. El kirchnerismo es lo mejor que nos pasó en los últimos tres años: es el museo del menemismo. Y mientras tanto, lo que realmente me obsesiona, hoy, es el programa electoral que vamos a formar y luego demonizar nosotros, los que hoy andamos por ahí, robando flores de los jardines de la ESMA.

22.9.06

pavo frío

(...)
La piba estaba ya demasiado caliente, a punto -escribiría Kordon- de reventar; alejada del bulto, en el murallón, apoyada su espalda en cierta columna tajeada, repantigada, contemplativa, leía la Simulación en la lucha por la vida, de José Ingenieros.
(...)

17.9.06

el orden

El niño alfonsinista lee El túnel en el subte que lo lleva hasta Diagonal Sur. A la amistad de Rogelio Frigerio que ha resistido todas las asperezas y vicisitudes de las ideas. Lee. El púrpura profundo de Metrovías le molesta; detrás del plástico había antes una propaganda de una escuela que fundaba su programa en un sistema japonés, Kumón o algo así, basado en métodos de estudio algorítmicos trasladables a todas las instancias de aprendizaje pedagógico; personalizado, individual, los padres argentinos beneficiados con la distribución topográfica de la economía de servicios llevando a sus hijos del Cáucaso a maestras particulares que imitan el sistema que un padre del Sol ideó para su retoño disperso mientras le vende su receta al ranking del New York Times y a la Secretaría de Turismo de Pearl Harbor: método en lugar de Ritalina. Ahora, en su lugar, hay un aviso de bolsas de residuos y una escuela de digitopuntura exportada de Kyoto con sede en el protocolo de Palermo.
Pero en Florida, vuelve a consultar la hora. Cinco minutos entre la pantalla digital del subterráneo y el poste de cuarzo encastrado con el logo del Gobierno de la Ciudad. Uno, comparándolo con el del banco Itaú. Son mejores los de cuarzo; si todavía existe la hora oficial, la voz grabada de la mujer en el 113 se repite con los viejos Seiko que aparecen cada veinte cuadras con el cartelito: Felices horas...Buenos Aires... Sabe que pertenecen a la primera ola de turismo económico. Primero, el regreso; siete años después, la democracia...
Ahora, son las nueve menos cuarto.

11.9.06

la brigada rosa


Sara Gallardo y Héctor Murena para no repetir la dupla Bioy-Silvina como regalo de cumpleaños es un esfuerzo de inteligencia bellísimo: no denota sedimentación cultural vía Magnetto ni consulta a vendedor de piso de Librería Santa Fe a quien lo obligan a laburar por encima de los convenios laborales a cambio de un sueldo magrísimo: hace años que se redujo al mínimo exponencial el mito del "librero", sori: sólo nos queda el grupo Yenny y la estela de Flamarique.
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Me llegó una orden para verificar estudios urgentes. Chequeo las determinaciones, el prestador y el paciente: urocultivo para un tal Juan Carlos Martini. Bajo a recepción con la ilusión de una anécdota. Nadie. No sé qué le hubiera dicho si me encontraba sentado al autor de La brigada celeste. Tampoco me queda muy claro si su segundo nombre es Carlos. Creo que sí. Su obra, para el caso, tampoco me queda muy en claro.
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En su momento, MR había tirado una teoría genial: puertas afuera, la mujer está a la izquierda de la pareja; puertas adentro, a la derecha. O sea, es como si casaras a Vilma Ripoll con Antonio Cafiero, ponele. O como si Patricia Bulrrich estelarizara el spot televisivo de H2O. Hay excepciones. Según los cálculos de esta gente (gracias, P) yo soy un conservador, tradicionalista, fanático del orden, un virginiano camisa negra. Por supuesto, yo, feliz de ser tu Santiago De Estrada.
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S me tiró este fin de semana LA frase del mes, extraída de una entrevista al menchevique Bonasso en la última Noticias Urbanas: "No soy un kirchnerista mogólico".
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La frase "te sacaste la lotería" da un poco de cosa. Si recuento, está todo bien pero al final llegan los descuentos por impuestos y te quedás sin nada. En estos casos, habría que hacer como el gran Mercedes Ramón Negrete: cobrar y correr.
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Sino, mejor otra frase: una forma freudiana del romanticismo: "¿querés ser mi ello?"
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7.9.06

rey sol

Que absurda por no decir medio boluda es la nueva campaña institucional del Gobierno de la Ciudad. Lo más gracioso es que en Flores, ahí por Rivadavia y Carabobo, no sé si sigue estando pero hasta hace unos meses sí, hay una peluquería, de esas muy cool estilo Roho o Barcelona, pero menos ABC1, que se llama Actitud Bs. As. Quiero creer que no lo habrán sacado de ahí justamente; por lo menos no de ese rubro.
En todo caso, no sé si se podría plantear una cualquierización del progresismo, pero ya desde la transición del primer gobierno autónomo al gobierno nacional -los cien pasos de Agulla- el diseño ocupó un rol infernal en la imagen de gestión. No es casual, por eso, que en la razzia afrancesada te encuentres con que el naranja y el verde clásico de la Alianza-Frente Porteño pase a ese amarillo patito feo del Pelado o la irrupción de esta campaña, en realidad eje nominal para una serie de demostraciones de fuerza con vistas al 2007: Actitud Buenos Aires.
Como pasa con Sábato, o como ante cualquier visita de Daniel Barenboim -fijate que Cristina hablaba ayer de cómo Rodríguez Zapatero le pregunta siempre por Sábato- o Martha Argerich, por ejemplo, ayer hubo revuelo por la visita de Lalo "One hit wonder" Schifrin. Ahora no la consigo, pero ayer Infobae publicó un fotón del vernissage previo al concierto en el que aparecían Telerman e Ibarra: el primero sonrisa campaña, el segundo rictus superado de la experiencia. Toda la verdad en esa foto de rigor: S me decía ayer: "cada vez lo banco más a éste", mientras presionaba el índice sobre la cara de Aníbal en el monitor de la PC. Pasa que sucede algo que bien podríamos extraer del título de un líbelo reciente de Vicente Massot: la excepcionalidad parece ser la que termina configurando el entramado de una real politik con mayores o menores dosis de urgencia sobre la cual gravitan las decisiones inmediatas y el humor social -o sea: más o menos lo que marca la diacronía entre las rondas de las Madres y Cromañón, si querés.
Digo: Ibarra, en pleno superávit presupuestario, se subió a la montaña rusa del Italpark en el momento equivocado: hoy, si lo comparás con el dedo apuntando al cielo con que la Corriente Porteña levanta a Telerman, el cadáver entiende más y mejor de política que el simpático Jorge. Política, claro, y no gestión y gobierno que es la ilusión monarca tras la composición progresista. Pero claro, hay cadáveres.
Acá entonces iría lo de Marx, eso de tragedia y... Pero en el fondo yo sigo prefiriendo al trosco de Blanqui para estas cositas.

5.9.06

R.A.

Más de una emoción me generó la entrevista que Magdalena (no, pará: detesto el uso cívico que se hace de su nombre de pila, como llamar simplemente Julián al insufrible de Weich) que Magdalenaruizguinazú, entonces, le realizó a Alfonsín para el Perfil del último domingo. Entrando al countdown de mi cuarto de siglo, es una sensación que no puedo evitar. Si alguna vez visitás España, puntualmente Galicia, y aún más puntual Lalín, te vas a encontrar con que en una de las plazas principales hay un gran monumento en bronce, representación figurativa de un grupo de hombres rompiendo las cadenas del yugo, dedicada a la independencia de Filipinas, precisamente de ese mini Imperio del Mal que es el Reino de Castilla. Un poco más abajo, vas a ver una plaqueta, también en bronce, dedicada al Dr. Raúl Ricardo Alfonsín. Padre de la democracia en Argentina, dice o algo así: me acuerdo sólo del concepto.
En cualquier caso, ver eso, con o sin countdown, también te genera una cierta cosita.
Por edad (parafraseando a Fito: nací en el '81 con Reagan a la cabeza) me quedé afuera de algo que no sé por qué me quedó grabado: la nota socio-emotiva que un diario de la ideología realista como Clarín supo hacerle a los jóvenes nacidos en democracia. Mejor dicho: a los que nacieron en la vuelta de la democracia según los manuales de la corporación española Santillana. Ergo, 1983. Entonces, por un año y pico, quedé en una especie de intermezzo generacional que, a decir verdad, los trabajos ignífugos de diciembre vinieron más o menos a galvanizar.
Para empezar, la clásica foto de Magdalenaruizguiñazú con su entrevistado: Alfonso, así gagá como se ve, con su saquito tejido de abuela gallega, está en mejor forma que su entrevistadora. Lo mismo para el plano no estético: Magdalenaruizguiñazú, como ya es costumbre, se limita a sintetizar al mango el sentido común de su club de fans no objetivo, engrandeciendo al ya enorme Alfonso que hace malabares para elevar el nivel de las respuestas. Ahí también se ve un estadista: la única que se quedó en los años del destape fue la periodista. Algo que no se puede dudar de Raúl Ricardo, más allá de los achaques con que llega a la nota: es un actor vivísimo y protagónico de la historia política macro, aquella que nos desvela para revelarse sólo como un mero tour literario.
Pero lo llamativo es otra cosa: si Alfonsín se sostiene es por una habilidad maravillosa: la casa en orden como una idea abstracta e indeterminada de la democracia: la política alfonsinista oblitera el espacio público por debajo de esa gran Idea: no hablo de lo opuesto a demagogia, porque es claro que el follie a deux que se le ataca al populismo, es el que regula también cualquier gestión, pongámosle un nombre, liberal de derecha. No hay político sin peso público y es algo que ya se defendió acá algunas veces: no hay, como quisiera Carrió, por ejemplo, pueblo adormecido, el gran trauma filosófico del siglo XX: en democracia, poder de la referencia en el contexto, no hay sino dialéctica capitalista.
Ya lo sé: me fui al carajo. Pero me preguntaba, qué pasaría si un putsch económico derribara a K antes de octubre de 2007. ¿Quién seguiría escuchando su remera, veinte años después?
La de Alfonsín, percudida y todo, todavía suena. Será que nací antes.

la parca, negra




La Fiera Rodríguez defiende la novela del kirchnerismo.

3.9.06

...con la misma red

Iba a postear otra cosa. La aclaración al anterior: ¿por qué me olvidé de ciertos popes del rock argentino? Pero resulta que llegó el delivery y lo trajo un chico distinto al que viene siempre. Le abrí, le pregunté cuánto era, me sostuvo la mirada todo el tiempo, parecía asustado, no sé por qué, cerré y pensé: era puto o me estaba fichando. Claro que si en el post anterior recorté todo en la selección Charly-Fito-Luis Alberto-Andrés fue por ese mismo motivo. La selección Catalina Dlugi: artistas consagrados en el plano general que por el simple hecho de participar del gremio del presente, ameritan una tapa del Clarín Espectáculos o un bloque en TN Show. Eso.

O sea: barata mea culpa generacional y regalado inconsciente político.

Porque:
1- Estoy a menos de una semana de cumplir el cuarto de siglo.
2- Las capas medias. Una verdadera pasión socio-cultural: la amo y la odio.

Como artistas del hambre, todos nuestros guiños van dirigidos hacía ahí. Y pataleamos. Porque pendulamos con ella.
El jueves, yo también estuve a punto de ir a La Gran Marcha y, también, en ese mismo estado. ¿Me salva que el camino del argentinazo limpió el blanco de mi zeitgeist cínico o que yo sí sepa que podés comprar ketamina en cualquier veterinaria, cocinarla a baño maría, calentarla a fuego lento en un plato, picarla y snifearla? Sólo pataleos.
O guiños.

Creo que soy yo, ahora, el que está absolutamente entregado a su etapa críptica y es normal. Así que, por un tiempo, me limito a los guiños. Alguien que sabe me lo dijo: el post es puro guiño.
Nadie va a leer tus previous post. Ergo: yo también intento descifrar cuál es mi ideología.
Hoy por teléfono me lo dijeron: instinto.

Iba a aclarar también: que el titulo del post anterior no era por el pobre de Kohan. Pax. Prestame Museo de la Revolución y después seguimos.

Total, yo mientras tanto, guiño.

1.9.06

dos veces...

Diez horas en la oficina enganchando el viernes retro de la 100 acaba por reconfigurar mi memoria emocional inmediata en el plano musical. Así llegué a casa y lo primero que puse fue Modern clix; salté directo al track 2: No soy un extraño. Después, ya que estaba, dejé el disco entero. Lo único que realmente me intresa de Charly es eso y el siguiente, Piano Bar; después, algunas otras cosas, páginas de Serú, algo de Filosofía, soporto el unplugged, nada de lo que vino después: lo convencional. De los popes musicales, suscribo a poco. Intocable Lito Nebbia, de Spinetta lo que dije el otro día: rescato que haya hecho algunos de los cinco mejores discos de nuestra historia pero no tolero su seudo vanguardismo que no resiste ningún archivo; ¿Fito?, ah Fito, el sueño provocador y melódico de la clase media que se cayó en las Tumbas de la Gloria, de Charly eso que ya dije y de Calamaro, sí, bastante, en especial Honestidad, aunque en algunos de sus mejores discos se perciba el acento ibérico que conformó el gran porcentaje del cine y el sueño argentino de los ochenta democráticos: mano de obra barata para los medios de producción de los fondos fiduciarios de TVE y Canal+: mucho Alterio y por lo menos un gallego en todas las películas: de Sacristán a Imanol.
Después, alguien que rescato siempre: Daniel Melero. Hace unos dos años, por un proyecto de revista que quedó inconcluso luego de diez números pretenciosos, le hice una entrevista en su departamento de Libertador: arrancamos hablando de una película de Meryl Streep que había visto la noche anterior y lo había emocionado y terminamos contando anécdotas de nuestro barrio, Flores: fue tan obvio que le terminé hablando de Aira, él no lo conocía, le conté del relato que escribió sobre Cecil Taylor y su inspiración en Cage: hasta ahí yo había evitado tocar la conparación con Eno pero hablamos bastante sobre Satie. Perdí el miedo: conocer a alguien que habías admirado durante los últimos diez años de tu vida, humanizarlo, resultó mejor de lo que imaginaba. Hoy sigo prefiriendo escuchar Después a leer Las noches de Flores, por ejemplo.
¿Y Luca? Qué problema. En el país sarmientino, lo más argentino viene de afuera. Pensar en De Angelis, pensar en Cooke, pensar en Gombrowicz; no pensar en Isabel, ni en Pérez Esquivel, ni en Saer, ni en la izquierda local y así. Un problema. Pero es sólo una idea...