1.9.06

dos veces...

Diez horas en la oficina enganchando el viernes retro de la 100 acaba por reconfigurar mi memoria emocional inmediata en el plano musical. Así llegué a casa y lo primero que puse fue Modern clix; salté directo al track 2: No soy un extraño. Después, ya que estaba, dejé el disco entero. Lo único que realmente me intresa de Charly es eso y el siguiente, Piano Bar; después, algunas otras cosas, páginas de Serú, algo de Filosofía, soporto el unplugged, nada de lo que vino después: lo convencional. De los popes musicales, suscribo a poco. Intocable Lito Nebbia, de Spinetta lo que dije el otro día: rescato que haya hecho algunos de los cinco mejores discos de nuestra historia pero no tolero su seudo vanguardismo que no resiste ningún archivo; ¿Fito?, ah Fito, el sueño provocador y melódico de la clase media que se cayó en las Tumbas de la Gloria, de Charly eso que ya dije y de Calamaro, sí, bastante, en especial Honestidad, aunque en algunos de sus mejores discos se perciba el acento ibérico que conformó el gran porcentaje del cine y el sueño argentino de los ochenta democráticos: mano de obra barata para los medios de producción de los fondos fiduciarios de TVE y Canal+: mucho Alterio y por lo menos un gallego en todas las películas: de Sacristán a Imanol.
Después, alguien que rescato siempre: Daniel Melero. Hace unos dos años, por un proyecto de revista que quedó inconcluso luego de diez números pretenciosos, le hice una entrevista en su departamento de Libertador: arrancamos hablando de una película de Meryl Streep que había visto la noche anterior y lo había emocionado y terminamos contando anécdotas de nuestro barrio, Flores: fue tan obvio que le terminé hablando de Aira, él no lo conocía, le conté del relato que escribió sobre Cecil Taylor y su inspiración en Cage: hasta ahí yo había evitado tocar la conparación con Eno pero hablamos bastante sobre Satie. Perdí el miedo: conocer a alguien que habías admirado durante los últimos diez años de tu vida, humanizarlo, resultó mejor de lo que imaginaba. Hoy sigo prefiriendo escuchar Después a leer Las noches de Flores, por ejemplo.
¿Y Luca? Qué problema. En el país sarmientino, lo más argentino viene de afuera. Pensar en De Angelis, pensar en Cooke, pensar en Gombrowicz; no pensar en Isabel, ni en Pérez Esquivel, ni en Saer, ni en la izquierda local y así. Un problema. Pero es sólo una idea...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡pero Color humano!
molinari, un papo del trebol

Anónimo dijo...

y billy bond, cuando hace poco lo vi hablando en un reportaje con una remera de los pixies - miguel, también, si hablamos de A.C. - y federico - bueno, era para olvidarse de varios