Porque la política, Saúl, tiene más de cinco años. Más de veinticinco: mi cuarto de hora política. Fuiste el viernes trece de nuestro ídolo, Saúl. Tu cuero cariacontecido y tus arrebatos de base, Saúl: los hijos del Oeste Marianista te saludan: de vos, la Historia aprendimos a leer en bolsas de cartón y cajas rotas de pan. No hay cielo, Saúl, para abrigarse: hay Historia, y a ella, la escriben los
perdidos.
1 comentario:
desde que me enteré de su muerte, no deja de venirme a la mente un tipo que se afanaba un maniquí de Modart y corría por Florida
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