–¿Qué visión tiene del gobierno de Kirchner?
–El programa es bueno, pero habría que bajar un poco el volumen. Las declaraciones son correctas, pero por su carácter un poco perentorio dejan demasiado flanco a la crítica de la oposición, que a mi modo de ver es poco honesta y está esperando cualquier error para atacar. Todas las medidas que se están tomando pueden parecer traumáticas, pero es como cuando hay que arrancar una muela: para el dentista siempre es la última opción. En este caso era tan grande la podredumbre que había que arrancarla de cuajo. Y eso crea mucho descontento en la gente que estaba instalada en el poder, corrupta o no: crea enemigos. Ciertos grupos muy favorecidos con las políticas de los ultraliberales anteriores tienen mucho poder, incluso en los medios, y pueden desestabilizar al Gobierno, al que yo le tengo mucha simpatía y respeto.
–Por lo que dice en el libro, considerará a Kirchner un peronista atípico...
–Sí. El peronismo está lleno de contradicciones, y él está luchando por superarlas. Dentro del peronismo hay 50 opciones diferentes, incluso enemigas entre sí; en alguna época se ametrallaron mutuamente y han hecho desteñir esa violencia en la sociedad. El peronismo le debe eso al país, y creo que Kirchner es consciente. Por otra parte, la gestión de Duhalde me pareció excelente: hizo todo lo que yo pensaba que tenía que hacer. Todos me dicen “sí, pero es traficante de drogas”; “bueno, pero eso es su vida privada”, digo yo.
–El programa es bueno, pero habría que bajar un poco el volumen. Las declaraciones son correctas, pero por su carácter un poco perentorio dejan demasiado flanco a la crítica de la oposición, que a mi modo de ver es poco honesta y está esperando cualquier error para atacar. Todas las medidas que se están tomando pueden parecer traumáticas, pero es como cuando hay que arrancar una muela: para el dentista siempre es la última opción. En este caso era tan grande la podredumbre que había que arrancarla de cuajo. Y eso crea mucho descontento en la gente que estaba instalada en el poder, corrupta o no: crea enemigos. Ciertos grupos muy favorecidos con las políticas de los ultraliberales anteriores tienen mucho poder, incluso en los medios, y pueden desestabilizar al Gobierno, al que yo le tengo mucha simpatía y respeto.
–Por lo que dice en el libro, considerará a Kirchner un peronista atípico...
–Sí. El peronismo está lleno de contradicciones, y él está luchando por superarlas. Dentro del peronismo hay 50 opciones diferentes, incluso enemigas entre sí; en alguna época se ametrallaron mutuamente y han hecho desteñir esa violencia en la sociedad. El peronismo le debe eso al país, y creo que Kirchner es consciente. Por otra parte, la gestión de Duhalde me pareció excelente: hizo todo lo que yo pensaba que tenía que hacer. Todos me dicen “sí, pero es traficante de drogas”; “bueno, pero eso es su vida privada”, digo yo.
1 comentario:
mira el gordo!
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