10.11.09

Una vez casi pierde un ojo en una pelea en un bar porque pensó que alguien había sugerido que existían características homosexuales... en su perro. ("Nadie acusa a mi perro de ser un marica", dijo). Se emborrachó y quedó como un completo idiota en el programa de televisión The Dick Cavett Show, cuando discutió con el novelista Gore Vidal y con Janet Flanner, la corresponsal en París del New Yorker. Y luego, reimprimió la transcripción completa de la humillación como parte de un artículo. En esa ocasión, y en muchas, muchas otras, comenzando con An American Dream, manifestó una obsesión con la sodomía que fue algo bastante más (y tal vez incluso bastante menos) que una cuestión de machismo.


Dos años sin Mailer.

19.10.09



"Alguien hizo estallar E.E.U.U.": extenso y poderoso poema de Amiri Baraka (antes conocido como Leroi Jones) colgado en el blog de Patricia Suárez y arribado a estas costas gracias al compañero de ruta psicodélica Horacio Fiebelkorn. A él y a todos mis hermanos renegados del funk, les dedico esta long shit.

18.9.09

A favor de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual


Los abajo firmantes apoyamos la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual porque entendemos que la actual concentración de medios de comunicación en manos de monopolios privados cercena el derecho a la información de nuestra sociedad, avasallando una de las conquistas más importantes y colectivas de la democracia, como es la libertad de expresión, en nombre de la defensa de sus intereses particulares. También entendemos que los binarismos no sirven para llevar adelante un debate productivo sobre esta ley fundamental, porque es una ley que trascenderá a los mismos actores en disputa. Ni el Gobierno ni la oposición ni las empresas monopólicas tienen las mismas responsabilidades, frente a una creciente demanda social de reforma del sistema de medios audiovisuales.


Porque más allá del contexto en que el debate se produce -originado en parte por los intereses que afecta el proyecto de ley- es inaceptable que la comunicación audiovisual siga regulada por una ley que, impuesta bajo la dictadura, cuenta hoy entre sus defensores a entidades como ARPA y ATA, que en ese momento eran parte de la autoridad de aplicación, y que hoy se envanecen en nombre de “la libertad”.

Porque es necesario incorporar la mayor cantidad de gente posible, a través de organizaciones intermedias, a la gestión de los medios y de sus contenidos, y que el Estado garantice una mayor pluralidad, a través de los canales institucionales amparados en la Constitución Nacional y no por intermedio de los intereses económicos de los particulares que, en nombre de la libertad de expresión, aprovechan su desregulada participación en el mercado para manipular la información a los fines de preservar su poder económico y político.

En ese sentido, entendemos al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual como una oportunidad histórica de fortalecer la democracia, tanto en lo que respecta a sus instituciones como a las posibilidades de participación.
Desmonopolizar mejora la calidad de vida democrática porque impide que un solo actor determine la agenda de la conversación pública liberando también a los trabajadores de esos medios monopólicos de las garras de un solo patrón. A su vez no hay democracia posible si los poderes que de ella surgen no garantizan una pluralidad de voces real, que dé cuenta de la polifonía de una sociedad que requiere de la participación de todos sus actores. Libertad de expresión entendida como participación pública de toda la sociedad, de un Estado que la garantiza, y no como construcción comunicacional de los negocios y acuerdos que se hacen puertas adentro. Una ley que garantiza mayor transparencia en la producción y circulación de contenidos, que la ley que nos legó la dictadura y aún hoy sufrimos.

Esta Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual será una Ley de la Democracia, fruto de dos décadas de debates, celebrados en foros, universidades nacionales y entidades de bien público que entienden al derecho a la información libre, plural e independiente como un paso más en la mejora de la calidad institucional y política de una sociedad. A 26 años del fin de la dictadura cívico-militar, se impone la necesidad de revalorizar la libertad de expresión en nombre de los intereses colectivos. Una ley que abra la posibilidad de convertir a la información en un bien público y no en un negocio que ha demostrado responder no sólo a la remanida libertad de empresa, sino a la imposición de políticas y agendas propias de un totalitarismo de mercado que se sustenta en la desinformación y la manipulación de un derecho adquirido por la sociedad en su conjunto.


Mariano Abrevaya Dios - Karina Arellano - Martín Armada – Mario Arteca - Eduardo Blaustein - Leopoldo Brizuela - Sonia Budassi - Mariano Canal - Alejandro Caravario - Fabián Casas – Natalia Castex - Pablo Chacón - María del Carmen Colombo - Juan Desiderio - Lucía De Gennaro - Cecilia Di Gioia - Gabriel Di Meglio - Cecilia Díaz - Ricardo Dios - Elsa Drucaroff - Mariana Enriquez - Patricio Erb - Horacio Fiebelkorn - Daniel Freidemberg - Romina Freschi - Martín Gambarotta - Griselda García - Alicia Genovese - Mercedes Halfon - Mariano Hamilton - Sebastián Hernaiz – Alejandro Horowicz - Claudio Iglesias - Juan Diego Incardona - Alfredo Jaramillo - Gerardo Jorge - Pablo Katchadjian - Violeta Kesselman - Marina Kogan - Ángela Lerena - Alejandro Lingenti - Joaquín Linne - Pablo Llonto - Gustavo López - Marina Mariasch - Fabián Mauri - Alejandro Méndez - Sebastián Mignogna - Ignacio Molina - Sebastián Morfes - Clara Muschietti - Fernanda Nicolini - Adrián Paenza - Paula Peyseré - Federico Piedras - Sol Prieto - Sergio Raimondi - Damián Ríos - Ana Laura Rivara - Martín Rodríguez – María Laura Romano - Alejandro Rubio - Diego Sánchez - Esteban Schmidt - Federico Scigliano – Sebastián Scigliano – Alejandro Sehtman - Damián Selci - Mónica Sifrim - Juan Terranova - Hernán Vanoli - Diego Vecino - Noelia Vera - Gabriela Vulcano - Alejandro Wall - Claudio Zeiger

siguen las firmas

7.9.09


En el fin de semana, dos reseñas sobre Un grito de corazón: en Perfil/La Lectora Provisoria/Gulag de San Clemente, el informe de Brodie de Quintín; en La Maquiladora, el largo sendero chino de Vanoli, Vecino y Guzman

1.8.09

"La derrota del Partido Justicialista en la puja electoral para la presidencia de la Nación no impidió su triunfo en la mayoría de los 22 distritos provinciales, generó un particular y efectivo federalismo acentuado por el mismo oficialismo nacional, es decir la UCR, ya que le interesaba establecer negociaciones con los múltiples actores dispersos del peronismo más que una concertación con la conducción unificada de la única fuerza de oposición que podía llegar a reemplazarlo, por el caudal electoral que mantenía. La persistencia de los responsables genéricos de la derrota, particular mezcla de fuerzas “nacionales”, como el sindicalismo o las 62 Organizaciones, y liderazgos provinciales, también ayuda a explicar la acentuación de dicho federalismo. Los poderes que podían confrontar con esa conducción que no se rendía, que no aceptaba la lógica de renovarse, solo podían ser los partidos justicialistas triunfadores en cada distrito, es decir, los gobernadores. Los cuales constituían una de las parcialidades que habían conformado a la conducción del PJ desde su congreso de febrero de 1976."

Paz

24.7.09




Hermana, te están siguiendo los servicios adolescentes

Ah, me había olvidado de agradecer al compañero Ariel Navarro, también conocido en el ambiente como el cerebro detrás de la portada de Grunge, a esta altura un mítico libro para la generación perdida y el pensamiento gustavo, quien, consustanciado con la causa del corazón, nos ha acercado ésta, la que ya es para todos nosotros la imagen sacra de una juventud que gime porque mamá nos ha enterrado las armas en el patio y ya no le podemos disparar a nadie.

Con ustedes, Ishii Pop, el puntero del poder crudo.

9.7.09

30.4.09

La idea original era invitarlo a Andy Klipphan, colarle cositas en el ponche y largarlo a decir algo. Pero se cayó por una cuestión de cachet.
Igual, vamos a celebrar la democracia.

1.4.09

Hace unos años me regalaron un librito viejo, amarillento. Se llama "Inédito. Una batalla contra la dictadura" y el autor es Raúl Ricardo Alfonsín. La dictadura a la que hace mención el título es la de Onganía e "Inédito" era la publicación donde el joven Alfonsín publicaba sus artículos de trinchera que el libro editado por Legasa en 1986 recopila. Por entonces, circa 1969, el joven Alfonsín firmaba con un anagrama de tono orillero: Alfonso Carrido Lura. Un seudónimo perfecto, de otra época. En la página 17 se lee: "Un sector numeroso de nuestro pueblo ha venido fluctuando en su opinión, de acuerdo a las características del gobierno de la Nación. De este modo, cambiaba sus aspiraciones al compás de las decepciones que sufría al observar que autoridades de distinto signo político, no alcanzaban a solucionar todos sus problemas. Así, frente a un gobierno fuerte, tomaban relevancia los valores consustanciados con la libertad y la dignidad humana, y se reclamaba un gobierno respectuoso de los derechos, de la ley y de la Constitución; mientras que ante un gobierno con estas características, variaba la escala de valores, ocupaban los primeros términos los deseos de orden, disciplina y jerarquía y se anhelaba un gobierno fuerte, que "pusiera las cosas en su lugar". Sin perjuicio de reconocer que esta actitud fue inducida por una propaganda bien montada, lo cierto es que así ocurrió."
El artículo se llama "Peligros" y ese peligro que Lura teme como consecuencia de ese "juego de esperanzas y decepciones" es el comunismo, la enajenación "no ya simplemente de una forma política, sino un estilo de vida." Es llamativo que Lura feche ese péndulo peligroso a partir de 1928 donde, señala, no ha terminado su mandato ningún presidente civil, dejando de lado a ya sabemos qué presidente no civil que sí terminó su mandato popular -o no, en realidad no, pero no importa: el radicalismo siempre tuvo su filo brilloso en esa idea de lo "cívico" y lo que las instituciones consagran en contraste con los peligros indómitos-. En cualquier caso, y dejando de lado el peligro del comunismo como consecuencia del desorden social, hoy, cuando el autor de esas líneas ha muerto como "el padre de la democracia", bien grabado su nombre en la Historia fláccida de las capas mediáticas de la población como "Raúl Ricardo Alfonsín", termina ese texto sin certezas, sin tener la clave política para frenar ese vaiven destructor del estilo de vida democrático: "Tremenda paradoja para aprendices de brujo", finaliza Lura.
Alfonsin era -era- la bestia blanca de la política. Como le leí y escuché decir varias veces a Martín, Alfonsín era un hombre que decidió encarnar en su persona la democracia. "La democracia soy yo". Entonces todo acto, toda realización, desde las que hoy podemos leer como reivindicativas hasta las ominosas, eran llevadas a cabo por una fuerza propulsora que él siempre, y muy hábilmente, ha sabido caracterizar como "Democracia" pero que nosotros, más jovenes, más respetuosos adversarios del viejo mártir, simplemente llamamos "Política". Todo. No sólo era una forma de preservar la democracia el Pacto de Olivos I, ahí donde se pretendía fortalecer la transición, sino también el Pacto de Olivos II, ahí donde la mesa chica, pero fotografiada a los fines de figurar en la tapa de Clarín, garantizaba el bipartidismo, la ilusión de una democracia balanceada en sus formas, encarnando el deseo de aplacar los peligros. Alfonsín era el perfecto baby sitter del menos malo de los sistemas posibles.
Por mi parte, yo también tengo mis pequeñas anécdotas subjetivas del Viejo Blanco. Vengo de una familia que por el motor de las formas y la raza ha abrazado, en su mayoría, el espíritu del radicalismo. Yo era el que con cinco años, en 1986, llevaba una de las sillas del living de la casa de mis abuelos hasta el balconcito de la entrada y de rodillas daba discursos a la calle, jugando insistentemente a hacer el gestito alfonsinista de cruzar las manos y extender los brazos hacia la izquierda ante la risa cómplice los que pasaban. Yo fui el que vi de lejos a Alfonsin en una mesa del Centro Lalín de la calle Moreno, al lado de Jesús Rodriguez y a dos mesas del marido de Catalina Dlugi. Yo fui el que en Lugo, Galicia, vi en una plaza un monumento figurativo que recordaba la independencia de Filipinas donde un pequeño mármol a pocos centímetro de la base de aquella escultura que mostraba a un hombre quebrando las cadenas literales del yugo dedicaba su homenaje al "Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, padre de la democracia argentina" o algo así. En cualquier caso, sonaba así, es verosímil.
Ahora me queda esperar el devenir de estas horas. Ya me imagino la cantilena insoportable de estos días, mañana, cuando nos levantemos escuchando a Tenenbaum en Mitre, por ejemplo. De cualquier forma, me queda la ilusión de pensar que su muerte es un hecho democrático en sí, un hecho que muchos no estamos acostumbrados a ver: nunca vimos la muerte de un presidente. Yo, por el momento, veo la muerte de un político, un político mucho menos burdo, mucho más inteligente, mucho más fácil de respetar. Y esperaré que hablen los míos, no Massa.

20.3.09

Su origen de buenas familias, cultura cosmopolita y educación universitaria no es garantía que no se pasen de rosca, como en el 55 o el 76.

Una pregunta para Quintín

10.3.09


Un loco rastrea sus sentimientos en la wiki, descubre que Zoot es argentino y lo postea.

Cuenta la leyenda que en 1972 John Denver brindó un show en Washington D.C. que contaba con el por entonces presidente Richard Milhouse Nixon y el ex premier chino Zhou Enlai entre el público. Denver no era todavía el Poeta Laureado de Colorado, como se lo conocería algunos años más tarde en parte gracias al éxito de su disco de 1974 "Back home again" y en parte por el suceso de ventas que significaría la versión de su clásico "Leaving, on a jet plane" llevada a cabo por el supergrupo folk Peter, Paul and Mary a fines de los años sesenta. "Back home again" sería un disco notable, uno de esos álbumes que la prensa especializada norteamericana etiquetaría bajo la temática "homecoming": el largo canto de un hombre sencillo que regresa a su hogar, le canta una balada a su mujer y le agradece a Dios por ser un chico country. Puro folk de las entrañas de un hombre de ascendencia holandesa, nacido en New México, que llegaría a transformarse en uno de los artistas más vendidos de los Estados Unidos de la década del setenta y que iniciaría en 1969 un largo y sinuoso camino entre el folk singer de cara lavada al militante demócrata catalogado como "El mejor amigo de la canción". Ese es el artista antes conocido como Henry John Deutschendorf, Jr, un hombre que asienta las bases de su carrera sobre el húmedo derrotero de la cultura de su país. Su debut de 1969 "Rhymes and Reasons" es un disco a destiempo, editado cuando Robert Zimmerman vuelve a Nashville después de un accidente y pretende recluirse en el clasicismo sin notar que ya llevaba casi una década interpretando al psicodélico Bob Dylan mientras, al otro lado de la orilla, los Beatles se van a tocar a una terraza para airear el vaho de resentimiento y ansiedad que los envuelve. 1969 no es un año preparado para recibir a un cantautor de pañoleta y gafas, dispuesto a acribillar al mundo con sus canciones gentiles. "Rhymes and Reasons" es un disco intervenido por su discográfica en un intento por homogeneizarlo con la Época: con sólo cuatro canciones originales de Denver, RCA decide incluir una canción tonta y bioycasariana de los Beatles y el hit "The love of the common people" mientras dos composiciones cortas e irónicas hacen las veces de paréntesis: una canción silenciosa de cinco segundos titulada "The ballad of Richard Nixon" y otra de catorce segundos, escrita por Tom Paxton, bautizada "The ballad of Spiro Agnew", una burla a la fórmula presidencial en plena guerra de Vietnam que dice simplemente: "Te voy a cantar una canción sobre Spiro Agnew, y todas las cosas que él hizo". Punto. Silencio. Y el silencio como ironía. Ahí estaba John Denver esa noche de 1972: atravesado por la cultura, por los intereses de la casa editora, corrido a la izquierda por la época, da un show tan contundente y cerrado que a la salida, el premier chino decide comprar 500 copias en cassette del single "Take me home, country road" para hacerlo sonar a todo lo que da en las efervescentes reuniones del politburó. Richard Nixon, mientras tanto, también estaba ahí, escuchando su balada silenciosa, dos años antes de dejarle el mando a Gerald Ford. Faltaba mucho todavía para que ese ícono WASP de apellido holandés, que terminaría siendo un militante ecologista y brazo cantado de la administración Carter, entre en la Historia como lo hacen los hombres sencillos y mitológicos: desatado por el talento, empujado por la Época.

9.3.09

Tanto defender La Rioja,
Tanto luchar y luchar.
Destino de gente pobre,
sufrir y montonerear.

Guandacol, Chepaespetui, Malanzan,
tal vez esos lindos pagos,
no los veré más.
¿Dónde está la que un querer me juró?.
Ella me estará esperando,
pero tal vez no.

Chañaral, Churquicardón, Retamal,
soy Llanisto, soy del Chacho,
soy de La Rioja.
Pobre soy, soy montonero señor,
libres somos los riojanos,
libre seré yo.

Floro Cruz, Apolinario Mazán,
Pancho Argüello, Cleto Luna,
no los veré más.
Pa' otra vez, pecho el fusil donde esté,
es lo mismo, monte o cerro,
para morir pues.

Ya verán cuando se ofrezca pelear,
si medio la montonera,
se desempeñan.
Pobre soy, soy montonero señor,
libres somos los riojanos,
libre seré yo.

5.3.09



























"Lo más argentino que recuerdo haberle escuchado decir a mi abuelo -gallego- sobre el estado general de las cosas -argentinas- fue: 'No mires que después vas a tener pesadillas'."












via: diarios de motocicleta
Entrás a internet con un lápiz en la mano, ves a un hombre de traje y decís: "quién es ese, man".
Y no tenés ni idea.
Porque hace muchos años que está pasando algo ahí afuera y vos no lo sabés.
¿No?
Hacé la prueba:
Entrá a Google, tipeá "jorge barreiro" y después andá a los resultados de las imágenes. Clickeá la primera, dejale el marco si querés, y te vas a encontrar con esto.
¿Quién es el Profesor Luis Montenegro?
No lo sé. Según mi compañero jaramillo_ruido es el "Pibe Valderrama de la mente". Líndo título para un parapsicólogo que se armó una novela del yo con frontpage y cuelga fotos como la que decoran este post y otras junto a la gurú Beatriz Salomón o la vedette Reina "Rich", la madre de Richie.
Ojo, supongo que si ponés "reina rich" en Google también sale y no hace falta buscar a jorge barreiro, como yo, que hoy escuché que el viejo galán le está soplando la nuca a Jesús después de años de abusar, estimo yo, del destape alfonsinista y la gilada barata en los noventa.
Pobre diablo...
Para él, y para el Profesor Montenegro va esta plegaria, y también para Enrique Hrabina, el miki ruk de tres cuartos de cancha a quien hace poco recordé y a través de Google llegué a un post maravilloso de Taringa! titulado "tibia+peroné", donde fui a enterarme, entre otras cosas, que el pase del destinatario de nuestras arengas en la vieja Bombonera pertenecía a José Luis Rodríguez, hoy soldado espiritual del reverendo Luis Palau.
En fin, historias maravillosas que la cultura nos regala a nosotros, niños asustados que no comulgamos con la literatura sin adjetivos.
Como Faulkner, que en la entrevista que posteé más abajo es tan inteligente que a la hora de dejar en claro sus preferencias alcohólicas se cita a sí mismo en Las palmeras salvajes:
-¿Bourbon?
-No, no soy tan melindroso. Entre escocés y nada, me quedo con escocés.
Como yo, que entre el paraguayo y la nada, me quedo con el paraguayo, y entre el algortimo de Google y la nada, me quedo con la paranoia.

4.3.09

El arte tampoco tiene nada que ver con el ambiente; no le importa dónde está. Si usted se refiere a mí, el mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar. Goza de una perfecta libertad económica, está libre del temor y del hambre, dispone de un techo sobre su cabeza y no tiene nada qué hacer excepto llevar unas pocas cuentas sencillas e ir a pagarle una vez al mes a la policía local. El lugar está tranquilo durante la mañana, que es la mejor parte del día para trabajar. En las noches hay la suficiente actividad social como para que el artista no se aburra, si no le importa participar en ella; el trabajo da cierta posición social; no tiene nada qué hacer porque la encargada lleva los libros; todas las empleadas de la casa son mujeres, que lo tratarán con respeto y le dirán "señor". Todos los contrabandistas de licores de la localidad también le dirán "señor". Y él podrá tutearse con los policías. De modo, pues, que el único ambiente que el artista necesita es toda la paz, toda la soledad y todo el placer que pueda obtener a un precio que no sea demasiado elevado. Un mal ambiente sólo le hará subir la presión sanguínea, al hacerle pasar más tiempo sintiéndose frustrado o indignado. Mi propia experiencia me ha enseñado que los instrumentos que necesito para mi oficio son papel, tabaco, comida y un poco de whisky.
bombo imantado escribe en mi muro:
La escritura no importa, va aimportar después. Pero hay como un
circuito que todos se la creen como si fuesen los abanderados de una
escuelita en la base de punta alta.
A nadie se le crispa nada?

3.3.09


Hoy es un buen día para escribir. Lo sé porque del otro lado el arrozal está en llamas y esta mañana el General Mc Allister me trajo un nuevo par de gafas. Dijo que eran de un charlie y yo le creí porque vi en su rostro los gestos del odio hacia esos asiaticos malnacidos. Es una cosa así: la frente succionada en dos grandes pliegues de piel que forman una especie de segunda cara que te mira con sarcasmo y soberbia desde la cabeza del General. Yo creo que son sus pensamientos, que luchan por salir a la superficie.
Una vez me pasó algo parecido, allí en Minnesotta. Estábamos con los boys lanzando un par de bolas en el backyard del pequeño Jimmy, el hermano de Ronnie, mi compañero de tienda aquí en Saigon. Jimmy es hemofílico, por eso nunca la va de catcher. Recuerdo la primera vez que nos dijo la verdad: "hey boys, soy hemofílico, no puedo arriesgarme a un golpe", y desde entonces todos lo protegimos: Randy le compró para su cumpleaños un casco y un traje especial con goma espuma en el pecho que resiste un lanzamiento a doscientos kilómetros por hora. Jamás olvidaré su rostro el día que le regalamos el uniforme: la frente arrugada, la sonrisa inmensa, Dios, era tan parecido al General. Ahora hace varios años que no lo veo. Ni a él, ni a Bobby, ni al bastardo del profesor Harris que nunca aprobó que yo me alistara en el ejército, maldito rojo. A todos ellos les voy a dedicar esto, mis palabras de trinchera.

2.3.09


Hay que aprovechar los pocos minutos de vigilia activa que tiene el día para hacer algo, pensé, pero eso lo pensé después, porque cuando me levanté lo primero que escuché fueron los alaridos de guitni jiuston en el programa de Tenemgúmeno. Después, como diría bombo imantando, me hice una quimio con Among the living al taco para darle átomos a los dos cuadras que separan nuestro santuario de la Estación Ernest Mandl de la línea B de subterráneos. Acá voy, rojos, pensé, y mientras bajaba las escaleras descubrí que aún guardaba en mi bolsillo la bolsa de Coto con la que había pensado levantar la mierda de winter en nuestro paseo matinal. Todavía la tengo al lado, por las dudas. No son ni las diez y media de la mañana y ya fallé: no logré configurar el reloj que registra las entradas y salidas de los empleados y ahora tendré que llamar a la empresa y pagar un canon. Mientras tanto, me entretengo con otras cosas. Donato Spaccavento aceptó mi solicitud de amistad en Facebook y veo que es bastante popular y que sus amigas le dejan comentarios sobre lo poco que lo beneficiaba el corte de pelo aquel día que apareció en TN y cosas así: además le gusta Nightwish y El ruido y la furia y otras cosas más del palo. Todavía no tengo ninguna opinión formada al respecto. Ayer, mientras escuchaba ese tema de Carlos Solari que dice que los sesenta fueron tres putos años nomás, pensaba que con el tema de la crisis y la suba paulatina de los precios relativos, los niños generosos de la cultura cebollita, ayer transgresores, ahora se van a volver nazis rasos de la literatura: la literatura vuelve a sus raíces reaccionarias. Pero no estoy seguro. Eso no lo pensaba ayer, lo pensé hoy. Y hoy ya fallé. Voy a seguir como si nada. Hacia adelante.