27.12.06

salió el interpretador


Y de yapa, un ensayito -eso que los sociólogos llaman apuntes y los teóricos literarios notas- que para Martín y quien escribe fue un rápido intercambio e-pistolar para saldar cuentas con nuestro pasado y con las exigencias de nuestro amigo Juan Diego Incardona.

20.12.06

días distintos

Yo soy un tonto que se divierte con poco; por eso cuando ayer pasé por el frente del taller de cuadros "Altamira", en Bulnes y Mansilla, sonreí para mis adentros como un verdadero gil.
A veces, sonrío también con los posts del Partido Obrero, como el que levantó en estos días el poeta de Parque Patricios:
"Sobre la base de las perspectivas históricas abiertas por ese comienzo y de las fuerzas sociales que la rebelión popular ha puesto en movimiento, llamamos a construir un gran partido socialista de la clase obrera."

Está bien, para alguien que se sinceró diciendo lo que todos pensamos: "Tengo tantos años de política que el orgullo fue duramente contrastado con la vida."

Jorgito: siempre te faltó filosofía de la praxis.

Yo, hoy, no voy a escribir nada. Lo que quisimos escribir va a aparecer proximamente y lo otro, también, por ahi, por algún lado.

Que las rebeliones populares, o como quisiéramos llamarlo, sólo quieran gobierno, es una pedagogía argentina que la conocen bien los que verdaderamente importan: quienes la practican.

O como apuntó hoy el novelista censurado: "La sociedad dice muchas cosas distintas para decir en realidad lo mismo. Y cuando se cree que dice lo mismo dice muchas cosas insospechadas donde poco tienen que ver unas de otras."

La política es una clase de sintaxis.

7.12.06

correo de lectores

Me acuerdo que durante el año del riesgo país, Antonio Laje salía cada cinco minutos al frente de su programa Después de Hora diciendo que había recibido "cantidad de mails". Nunca aclaró qué significaba para él o para la capacidad de almacenaje de la casilla de mail del Grupo Hadad el término "cantidad" ni cuantitavemente cuánto puede suponer uno que implica hablar de "cantidad", pero a todos nos quedaba la impresión de que, con el acceso a internet ya masificado, varios televidentes aprovechaban las últimas horas de la jornada para enviarle mails a la producción del programa. Yo mismo no me acuerdo ahora si le mandé o no un mail; quizás durante la anecdótica toma al rectorado de la UBA en el 2002.

Lo cierto es que recibí un mail a elreagan arroba gmail punto com.

El hombre me saluda y se presenta: "soy radical" y me felicita por la "nota" sobre Alfonsín, que supongo será esta.

Después me pregunta también por el origen del nombre de este blog que, creo, ya lo expliqué en su momento acá.

Lectores radicales: los saludo.

Creo que la única forma posible de hacer política estructural, llamada también real politik, es afiliándose al Partido Justicialista para disputar sus internas, como lo empieza a demostrar las recientes declaraciones del gran Luis D'Elia o los últimos post febriles de la tijera desontrolada de mi amigo Pablo Treinta.

Pablo: mi viejo te manda saludos y todavía recuerda el domingo que le tomaste el tinto y le devoraste los fideos, durante la época que nos juntábamos a hacer el trabajo práctico final para la cátedra de Eduardo Luis Duhalde.

Pero con el radicalismo tengo un aprecio especial: el hecho maldito del país negro. La ideología que representa a los exiliados de ese país europeo conquistado por el Imperio Castellano y conforma el 90% de mi cadena genética y sanguínea.

Las cenas en el Club Lalín de la calle Moreno y Combate de los Pozos con la presencia del Dr. Alfonsín, Jesús Rodríguez, algún delegado del PSOE, después del PP, Fraga y, más adelante, el Beto Brandoni, entre otros.

Radicales del mundo aparte: uníos. Tu republicanismo perdido me estremece.

Desde acá, mientras esperamos las novedades de la interna de las internas, saludo conmovido al Gordo Luis, mi figurita preferida de este mes en este año raro, cada vez más K, cada vez más radicheta.

6.12.06

28767668

"La candente medianoche de diciembre en la que Eduardo Feinmann recibió el llamado telefónico por la imperiosa agonía de Domingo Felipe Cavallo, que no se rebajó un sólo instante a la falta de sentimentalismo y al miedo, yo estaba tirado en mi cama, viendo Después de hora, y después de cinco años, sintiendo el reflujo nostálgico de los bocinazos chachistas, el hecho me dolió, pues comprendí que la incesante y vasta democracia ya se apartaba de ella, y que ese cambio era el primero de una serie infinita de instauraciones."

2.12.06

no voy a dejar de pedalear

No tengo ganas de seguir Pero tampoco tengo ganas de parar Tendría que pensar que me esta pasando Pero es que estoy cansado de pensar Podría quedarme durmiendo todo el día O podría también tratar de encontrarte Podría dejarle mi destino a la suerte Y es probable que me vista y salga a buscarte

1.12.06

un buen occidental

El last.fm me pide un nombre de usuario y yo pongo robertkennedy. Vengo de ver Infinito y estoy en éxtasis. Siempre voy a admirar por sobre todas las cosas a la pública: nada de muerte blanchotiana y demás bijouteries setentistas que hoy, en este momento, no tolero: el cuerpo que se expone, los que recorren el territorio, los tipos dispuestos a tragar pólvora por el palco público. Eso.

Voy a hacer de cuenta que me instalé un plug-in. Siendo la una y pico de la mañana, en el Media Player, suena Nacho Vegas.

Nuevos planes, idénticas estrategias.

25.11.06

ok perdón







(se acerca fin de año: como montaña rusa. Memoria y Balance)







Martes. Rumbo al verso metrosexual de las peluquerías, parado en la estación Miserere de la Línea A, escucho a través de los altoparlantes: "Metrovías informa que la línea Premetro se encuentra interrumpida por piqueteros que bloquean las vías. Disculpe las molestias ocasionadas."

Viernes. Patada al hígado y cóctel de pastillas: cuanto peor, mejor. Descubro que el hermano del mejor técnico de la selección argentina de fútbol aprovechó su cuenta de gmail -o la de su operador digital- para levantar su plataforma en la versión beta de blogger. "La política es asumir riesgos". Ja. No lo entienden muchos de mis coetáneos: la política es una bailarina en la oscuridad en la maquinaria de la Historia. Nada reciclado es nuevo: siempre hubo un... Ah, el pasado.

Empiezo el balance: un buen año. Inclusive políticamente: un buen año.

Pero la política macro no existe: es paja de un sábado a la tarde intentando postear algo para mantener lo que leen menos de cien IP's por día.

Recuerdo frases: un viejo compañero de trabajo en un trabajo viejo que por suerte ya es viejo: un ex-PC, hoy devenido asambleario viejo, progre y editor de una revista cuyo título se lo debe a la famosa tesis de Feuerbach que no pocos troscos reclaman como propia, también, para sus leves publicaciones y orgas -la propiedad intelectual es una exigencia de la cultura de servicios: "hay que entender a los que apoyan a Kirchner, después de tantos golpes, alguien les da una caricia".

Eso fue hace un año.

Se refería a la gente, obvio: al electorado: las frígidas metáforas eróticas de la política.

Otra frase, otro compañero, el mismo trabajo: "Ellos (por Fresán, Forn y cia.) no entienden que esto (señalando Bullet park, de Cheever) es el menemismo"

Cheever: gran, enorme narrador.

Menem...

Y yo, mientras tanto, en las postrimerías del 06, cada vez más blogs y menos diarios. Los blogs que prefiero y leo con pasión, avant le bloglines, con la cuota de amiguismo que los ubica en ranking a la derecha de tu pantalla: narran.
Lo mejor de la política es íntimo: es lo que no se ve.

Esto, por ejemplo.

Yo, entre el gasto y el valor, eligo el gasto.

Después la sigo...

22.11.06

literatura y mercado


The Secret Service would not comment on the purse snatching, and the First Lady’s office said they would not comment on any personal trip made by the daughters. There have been recent reports, however, that Jenna Bush has been living and working in Panama as an intern for UNICEF.

20.11.06

2006


Porque la política, Saúl, tiene más de cinco años. Más de veinticinco: mi cuarto de hora política. Fuiste el viernes trece de nuestro ídolo, Saúl. Tu cuero cariacontecido y tus arrebatos de base, Saúl: los hijos del Oeste Marianista te saludan: de vos, la Historia aprendimos a leer en bolsas de cartón y cajas rotas de pan. No hay cielo, Saúl, para abrigarse: hay Historia, y a ella, la escriben los perdidos.

16.11.06

acá también

Dentro de la sintaxis exigente, esto es lo que pienso

inversiones

Lo que yo acá, y varios otros también, vimos como el síndrome siempre agitador de las elecciones, asume necesariamente las características locales. Una elección es un hecho local, irremplazable, y como gesto conciliador con el mediatismo político, una síntesis de lo que pasa todos los días y que el análisis verbitskiano, por ejemplo, no ve, por su propia condición de encare programático. Una síntesis de lo que pasa en el continuo democrático.
Aunque no hay dudas de que estamos en pleno destape de factores que hacen las delicias del análisis político. Misiones, demócratas, Hillary, Cristina, D'Elia, Irán, Infobae, house organ de un gobierno -un pueblo- ideológicamente pragmático son sintagmas que mueven los ratones de cualquier politólogo de marras, incluyendo no pocos analistas proactivos y loables. La palabra geopolítica vuelve con el mismo sayo que contuvo en su momento los Winnie Pooh de Di Tella, como si el bolivarianismo no, no lo fuera también.
Pero equiparar, equiparan los pelotudos: hermafroditas aburridos y leídos que reducen todo a un bloque de Telefé Noticias que después de informar el Luisito-gate corta con la publicidad del Banco Provincia, esa que te pide que vuelvas, si te caiste entre el '98 y el 2002.
Igual los rupturistas: los que conmueven su ilusión en la idea abstracta de que un gobierno democrático rompe con el anterior.
Dijimos: lo mejor de Kirchner era que significaba el Museo del Menemismo. Cambiar la sintaxis. Todo un logro de la democracia: el gobierno del relato del pueblo.
Yo quise decirlo: el perfil político del bicentenario consta de administradores con sensibilidad tercermundista. Mujicas con formación en el HSM. Sciolis negociando con Hillaris un nuevo prorrateo de la deuda política latinoamericana con la Secretaria de Estado.

La diferencia, como en la economía, son los precios relativos. ¿Cuánta política produjiste en los últimos cuatro años? ¿Cuál es el costo de financimiento que podés soportar? Algún día vamos a tener que pagar las cuotas de haber sacado las chapas de las puertas. Y eso que tuvimos mucha más plusvalía de la que estamos acostumbrados nosotros, los pendejos ahistóricos; jóvenes argentinos.

No fue bueno mientras duró. Es transición, a largo plazo. El mínimo no imponible de la causa política. Tranquilo. Si te caíste entre el 2003 y el 2007, volvé.

una pálida historia de amor

Yo te banco, comentadora

14.11.06

paranoia, mal del siglo

Recién venía pensando en cuáles podrían ser los mejores nombres de álbumes de rock argentino y me acordé de uno que, por lo menos en el top gonzo, podría rankear muy alto, lejos. Era la época de la invasión del pop latino en las costas norteamericanas y la égida de Miami como capital del continente, y una banda, que ahora no me acuerdo el nombre, pero así medio punkita, un poco más que Expulsados, ponele, y un poquitín menos que lo que hacía WD40, acababan de sacar un disco bautizado Livin' la cuerda floja.

Antes estuve pensando la mitad del día en Ella y la otra mitad en Martha Holgado. Le regalo a un editor de alma republicana la posibilidad de esbozar una analogía entre la de uno a tres fallida hija del Pocho y las disputas internas históricas entre las distintas facciones del Partido del Pueblo. Pobre Martha: yo lo llevaría mucho más allá: el peronismo como la opción de cercanía negra para cierto sector blanco y su permanente imposibilidad de refrendar en el rigor científico e histórico su relación filial. Pero "San Vicente, el primer ADN" es un título que Darío Gallo no debería desdeñar.

Aunque yo pensaba en Luisito.

Misiones no me sacó cierto oficialismo: a lo sumo me ablandó el Yo republicano que pensé que había diluído en la carrera post-política.

Pero al fin y al cabo son sólo elecciones.

Ni siquiera el reflujo / estatal que tanto quisimos.

9.11.06

yo digo

Hay que respetar la decisión de las urnas, dice el demócrata. Aunque ya estés en orsai.

La política: un pathos. Estar todo el día hablando de política, aunque no digas nada sobre Política.

La gente inundada de la cosa pública. Me gusta. La gente que te da un consejo, te dice un chiste, un comentario y lo orna de política.

No Pinti: a mí me gusta el ratón Juan Carlos Pérez cuando se quiso postular en un sketch de Cha Cha Cha Cha bajo el lema: "Vote Juan Carlos Pérez. La verdadera izquierda del peronismo de base."
O la mejor frase que escuché en el último mes: "yo al amor le pido lo mismo que al gobierno: paz".
Ni guerra preventiva ni paz de los cementerios: pax armada.

Ahora que volvimos a ser norteamericanos, yo puedo decir: soy emersoniano.

Si voy a mantener el blog, lo voy a hacer rosa. Empezar un post diciendo: "el sábado vuelvo al tenis. vuelve el drive furioso, el Björn Borg de Constitución."

Ni hablar de literatura ni de eso, nada: La Política y yo.
Nada más


P.D.: leyendo esto, la misma persona que me dijo ésa máxima me preguntó: ¿quién te dijo esa frase? Evidentemente, eso es política de situación.

6.11.06

qué buscar


En el diario. Ayer: uno sólo. Pérfil: muy por arriba. En la Tribuna Caucásica, Horatio haciendo el discurso inmediato, caradura, white trash para Presidencia de la Nación. Porque el de Mario insiste, en el recorrido, democrático, en el follie a deux: si Misiones fue una lección -porque Lula también fue una lección, de qué, finalmente, no sé- hay que aprender, celebrar no el costo político, sino la lección democrática. Mario acaricia, Horatio hace la inteligencia del momento, el situacionismo armado, pero sobre una cosa se alimenta la otra. Mario dice: Las banderas republicanas, el rechazo a la prepotencia, el alejamiento de la violencia simbólica o concreta no son apenas rebusques opositores como muchos creyeron en la Casa Rosada y zonas aledañas, sino anhelos colectivos muy expandidos. La mejoría económica, sabiduría de manual que el primer peronismo no captó hace medio siglo, enriquece el menú de exigencias colectivas. Algunos llaman progreso a esa multiplicación de demandas, que devienen nuevas necesidades. Para algunos idearios estimables, las necesidades son, tout court, derechos.
Qué opinión pública para qué año electoral, no importa: qué opinión pública para los próximos cuatro años pingüinos, creo que sí.
El Dark Side de Néstor, como dice el Jorge Asís K, era obvio.
Yo también exijo que se quede.

4.11.06

síntomas

Una semana rara: quise cerrar el blog y comprarme el último ganador del premio La Nación-Sudamericana.
No sé qué tengo.

Voy a buscar en los diarios.

26.10.06

que los demócratas se queden con la narrativa actual

El viernes pasado tuvimos una cena top: sushi con sauvignon blanc en el restó del Jardín Japonés, mientras al lado nuestro -por azar de las reservas- cenaban Tití Fernández y señora. Es llamativo: en una hora y media junto al ancestral paisajismo minimalista japonés y bajo un cartel que prohibe fumar, se puede incendiar el costo de una canasta básica semanal en un plato de nigiri o tataki, da lo mismo. O tenés una linda heredera de linaje nipón, por ejemplo, que te pronuncia la carta de vinos y las cepas como si te leyera un indescifrable dialecto oriental. Las peores son las argentinas puras; puro efecto de la precarización laboral. A los pocos minutos de ordenar, por un error de la rubia, que confundió los números de mesa, nos trajeron los platos de Tití y señora; reparado el error, la sra. Fernández nos invitó graciosa a picar de sus platos; yo, apurado, sólo atiné a preguntar un "¿nos convidan?", mirando de refilón a Tití: él se limitó a sonreirnos en silencio y a mí me pareció tan distinto al retacón histriónico de las medianoches post Fútbol de Primera: vi, entonces, a un simple periodista deportivo, tatuado en su physic du rol el corte barrial y dominguero, beneficiado por el talento de un paraguayo brillante que invirtió en el momento adecuado el destino manifiesto de la república democrática: Argentina para las depositarias de fondos latinoamericanas.
***
No se trata sólo de acción. Hay una novela que escribió hace unos años Juan Forn. Se llama Frivolidad. La editó en 1995. Cinco años antes, editaba un libro de conversaciones con Enrique Pinti, ese operador de la cultura media caucásica que consume lo que no puede votar.
***
No se trata sólo de acción pero es una pata. Sé que la estática de mi obra nonata se debe a una pulsión anti-aira: encima ahora, mientras leo ese ejercicio pigliano llamado Museo de la revolución (Kohan intentando hacer algo que, por el momento, sólo pudo actualizar, a su manera, Pauls -si hasta Tesare, fijate, parece una especie de Rímini erpiano-) estoy tratando de hacer un update sobre las relaciones entre literatura y periodismo, en los años del fin de las alternativas.
Prometo, dentro de poco, también, explicar mi programa actual: liberal populista.

Mientras tanto, cansados de la inacción de vernissages sostenidas por los intereses pecuniarios post-moscovitas y la tilinguería progresista capitalina, contra el jipismo y la interpretación, estamos armando, con los compañeros, un tinglado.
Convocamos a poetas trosquistas, narradores que leen Clarín, artistas que sueñan con playas gallegas y militantes bakunianos.
Los interesados, manden mails.

El único realismo es peronista.

19.10.06

...

Así como cinco minutos de spot televisivo dejan percibir los coletazos del superávit en alza y aparecen en horario central largos segundos publicitarios de terceras marcas con películas de bajo presupuesto -terceras marcas o productos marginales: una soda, por ejemplo, durante el corte de Montecristo- así cierran o se banalizan proyectos narrativos y se exprime la culpa hacia los influjos del poder oficial. El oficialismo omnipresente, suponen, secuestra el lenguaje informativo y lo obstaculiza tajeando su libertad, condenando, como corolario, el espesor de su alcance -tan desmesurado en el solipsismo del oficio como su propio estatuto- a las coordenadas espacio-temporales de la Citanova oficial. Fontevechia, en la era en que el presupuesto es el mensaje, puso en escena el drama de la publicidad oficial como nunca antes en democracia. ¿Fue el gobierno de Menem el gobierno con mayor libertad de expresión? Tal vez; sin descontar con eso que lo pendiente parece ser una retrospección que posibilite observar hasta qué punto cierto poder oficial vive, respira, crece y se historiza en la calidad de su oposición. Ningún término más usado y más vacíado de un tiempo a esta parte que el de "alternativa". Y es saludable que ciertas cosas hayan pasado.
****
No hace falta una gran sensibilidad. Digo: con una mínima sensibilidad al reporte informativo es suficiente. Dos paralelas que podrían ser temporales; una, para recurrir a la cuña viñiana, constante con variaciones -las elecciones- y otra, también, aunque sus oscilaciones hayan sido tan prostuituidas por la izquierda desprogramada como cooptadas por el poder real -en toda su valoración- que resulta incómoda su presencia en, digamos, una charla de mesa: o le prestamos cierta atención medida o la ignoramos con humores cansinos. Por eso, de lo que pasó ayer se pueden suponer muchas cosas: una puja interna, un rigor mortis feroz del duhaldismo mediante los muchachos de La Plata -con la anuencia o no del Mono Venegas- como suponen los diarios part o full oficialistas o los funcionarios Kunkel y D´Elia, o la caída del discurso representativo que, como sucedió con la clase política durante los meses del sonido y la furia latosa decembrina, hoy le llega a la clase sindical. Dice Fede: "Lo mejor que puede pasar es probablemente lo que va a pasar: al igual que el 19 y 20 de los políticos, no se van a conformar sindicatos clasistas horizontales en reemplazo de la burocracia sindical. No se van a ir todos para que venga...DeGennaro. Pero probablememte esa "burocracia" tienda a modificarse, a adecuar sus formas, sus usos y costumbres, a pulir sus bordes mas gruesos, incluso a depurarse, con el objeto de no desaparecer, de volver a representar." Eso o su per saltum económico.
****
¿Y Kirchner? Hoy tal vez resulte menos entretenida la columna de Joaquín en La Nación que la osteoporósica agenda setting del portal de Fontevechia. Extraño es el mundo de la política, ya que la cosmovisión cambia de un día para el otro. No por nada, en la caucásica familia de padre negro, Perfil es el Willis de Página/12: tiene algo de la inconsistencia rabiosa que tuvo Página aquél 20-12 sin su cuota de mística -entendiendo el término tal cual lo pensó el think tank del Partido Auténtico Federal. ¿Qué fue para el peronismo? ¿Qué fue para Kirchner, principalmente? Principalmente. Tres acontecimientos en un mes -López, Francés, Vicente- que marcan una cierta expectativa: en política no hay, nunca termina de haber una fuga hacia adelante completa ni un apocalipsis que aborte una era y puje otra de un período al siguiente. Nada grave, supongo. Pura expectativa.

17.10.06

pocho


"Concibió la perdurabilidad del movimiento que llevaba su nombre en términos de un legado incorpóreo, sin ADN posible, en un éxtasis que lo fusionaba con el pueblo hablante y rítmico ("La más maravillosa música, la palabra del pueblo argentino")."

"Es un carnaval!", lo define alguno ante las protestas de Marechal, para quien la Patria se debía amar en esas caras concretas y no en figuras literarias."Si fuera un carnaval sería triste, como son nuestros carnavales; pero esto es alegre, es otra cosa", corregirá Jauretche. ¿Quién lo habrá organizado? ¿Evita, Mercante, el Capitán Russo, la CGT...?, preguntó otro. "Sólo un genio pudo haberlo hecho, por eso creo que no lo organizó nadie."

"El tour bizarro al mausoleo este 17 de octubre de 2006, es una mueca ya decadente del "carnaval siniestro" cookiano, hoy llevado adelante por dirigentes muy justicialistas ellos. O sea, un fin de ciclo."

"Por eso nosotros hemos luchado sin descanso para imponer la justicia social que suprimiera la miseria en medio de la abundancia; por eso hemos declarado y realizado la independencia económica que nos permitiera reconquistar lo perdido y crear una Argentina para los argentinos, y por eso nosotros vivimos velando por que la soberanía de la patria sea inviolable e inviolada mientras haya un argentino que pueda oponer su pecho al avance de toda prepotencia extranjera, destinada a menguar el derecho que cada argentino tiene de decidir por sí dentro de las fronteras de su tierra.
Contra un mundo que ha fracasado, dejamos una doctrina justa y un programa de acción para ser cumplido por nuestra juventud: ésa será su responsabilidad ante la historia."

8.10.06

en el freezer

o en el horno...

Después del 3-1, confirmo porqué ya no le doy bola a la superestructura del fóbal e interrumpo mi incapacidad de estudio para hojear con obsesión La posguerra sucia del gran Horatio. Objetor de la autoconciencia y el mejor narrador de la ficción política, Perro: ya sé que Frankfurt murió (viva Lukács) pero te falta un poco de Adorno: lo mismo que a Gelman -a quien hábilmente le dedicás La posguerra- si supusieran que la política es una pulsión y que ya no hay novela democrática posible sin carpetazo, otro sería el relato. Y ojo, que banco a los dos tanto como al orden que ayudaron y ayudan a construir.
Verbitsky y Gelman: escritores foucaultianos.

Supongo que en un par de años ya se volverá a hablar de literatura y política y se convocará para tal efecto a tres o cuatro exponentes -muy probablemente, emergentes del blog- y eso servirá sólo como un deíctico más para las urgencias editorialísticas de los suplementos de cultura.
Está bien.

Por lo pronto, sueño con un Literatura argentina y política post Cristino Nicolaides. Tal vez corrigiendo términos o agregando un denominativo económica al título del ensayo. Claró está, sin tozudez argumental -aunque banco, también, a David- dar cuenta de los sueños cinéticos, la ilusión productiva, el blindaje argumental, la satiriasis mediática, el nardalepesismo del star system progresista, el memento mori de los jóvenes escritores, en fin, de los beneficiados por el relato épico: desde la expansión de la economía de servicios a la sustitución de importaciones y desde Semana Santa a Jorge Julio López: el futuro de la literatura, hoy, está en hacer el mejor cover posible.

5.10.06

populismo conservador revolucionario


"Lo popular, el populismo, la necesidad poco constructiva de hacer explicable lo inexplicable con estas palabras. Muy pocos pudieron interpretar este fenómeno de avance de países tan periféricos que no podían ubicarse en el mapa por los ciudadanos de las potencias mundiales. ¿Podemos decir que este es un gobierno populista?. ¿Para que? ¿Para quedarnos tranquilos que este es un gobierno en “disputa” y seguir en los marcos y reglas que el tiempo de “la política” nos impone?."

El post kirchnerismo afectivo ya tiene blog

cuando está aburrido, papá me manda sms'

Te espero a las seis y media en plaza san martin .para honrrar a las victimas de la guerrilla subversiva y anticristiana. Viva cristo rey con minuscula.
12:20 05-OCT-06

3.10.06

el orden

En el '97 visitaba con frecuencia una sucursal menor del Partido Socialista Popular sobre la avenida Alberdi, en Flores, y me llevaba a casa trípticos con la cara de Héctor Polino y fotocopias elegíacas sobre Alfredo L. Palacios. No votaba por edad legal y convicción cohn-benditista: la política está en parte otra, le repetía a mi entorno. Claro que a ninguno de nosotros, por ese entonces, le interesaba demasiado la política; a lo sumo, nos reuníamos alrededor de un librito plegable de no más de diez centímetros de ancho: los prospectos de los laboratorios Merck que encontrábamos sobre las heladeras de nuestras suegras y nosotros partíamos en cuartos iguales para acariciar, en el cóctel, la química sensación de un viaje.

Dos años después, y diez horas antes de lo que sería mi primer sufragio, debutaba también en las mieles del LSD.

Eran buenas épocas, aquéllas: sólo que tardaríamos dos gobiernos interrumptus en darnos cuenta de que el sueño caucásico no era más que otra eréctil utopía stalinista.

Juntábamos pastillas. Tres o cuatro variantes que oscilaban por lo general entre el valium, el alphlax, el lexota y algún antiácido tipo Yastá. Las partíamos en cuartos iguales. El barómetro pivoteaba entre un 0.2 y un 0.5 de ph, aproximádamente. Teníamos todo controlado. El propósito nos lo había enseñado nuestro puntero amigo: esperar unos minutos, largos, y superar la barrera del sueño. Del otro lado estaba el flash. Casi siempre llegaba un poco antes de que alguno se dejara vencer por la narcolepsia. Eran los flojitos. Los porongas esperábamos hasta quedar tontos y jurar que un equípo de químicos encerrados en el ambiente esterilizado de un laboratorio subvencionado por un Estado de Bienestar Armado representaban, lisa y llanamente, la Verdad.

En una de esas rondas escuché por primera vez la idea de que el término merca, con el que se nombra comúnmente a la cocaína, no es un derivado de, pongamos, mercadería: en la etimología popular ABC, la jerga provendría de ese laboratorio germano: merca por Merck, primer sintetizador en base del clorhidrato de cocaína.

Nunca supe si eso era cierto o era otra especulación intelectual de un amigo puesto que había visitado demasiados sites españoles sobre consumo responsable, legislación pro y curiosidades del palo, de esas que tanto circulan por los foros de internet.

Para el caso, toda nuestra variable de flujo se limitaba a eso: una línea más o menos rápida y no mucho más completa que los consejos y comentarios que ilustraban las frases hechas del viejo y querido Clarín Porteño.

...

25.9.06

la entrega

Clau me dice que un día de estos nos tendríamos que sentar a discutir sobre política, y agrega: "si te atrevés". Creo que me quiere correr por izquierda. Todo bien: estoy acostumbrado. Mi super yo se extravió en una cena de fin de año, un año después del 19 y 20, mientras escuchaba a uno de esos tíos indiferentes reclamar que se quede Duhalde en la presidencia, que estaba haciendo las cosas bien. Inclusive a mi viejo, la izquierda de la familia, la izquierda liberal á la Regis Debray -pero toda, toda la biografía de Regis Debray- también se lo escuché decir. Papá: mi problema con la política es humano: o me aburre o estoy -ya estoy- hasta las manos. Por ejemplo. Desde que lo vimos el domingo pasado en Periodistas, el programa que conducen Zlotogwiazda y Tenembaum, creo, aunque ese domingo estaba Claudio Martínez, el productor, quedé medio obsesionado con la figura de Daniel Osvaldo Scioli. A ver: sus intervenciones ese día fueron brillantes, o sólidas, bastante sorpresivas para el caso. Más alla de cierto filo azuzado de Zloto, tímido, con esa discresión que le genera enfisema pulmonar a Lanata. Digo: aunque se note la costura de los asesores al vicepresidente y las preguntas descastadas ya no lleguen a ningún lado, habría que prestarle una mínima atención a su biografema. Si hasta Wikipedia acepta que es claro candidato a la jefatura de gobierno de la ciudad y, para mí, claro candidato del Frente para la Victoria. Es raro porque a medida que, desde el 2003, iba avanzando cierta desmesura épica, de alguna manera el verso aquél del fin de la política -o el otro: el del regreso de la política- se deshacía lentamente; y ahora, cuando ves a tipos como Scioli, gestores, una suerte de paladines del sueño flexible de la política como administración, ves a ciertos candidatos del HSM como él y están levantando la hojita de coca que mostró Evo en su discurso en la ONU. E insisto: me chupan un huevo los asesores, los Aítos de los candidatos. En democracía, la política macro la estelarizan veinticinco tipos y lo que realmente importa, al final de cuenta, es su equipo de trabajo: no me importa que no te guste K: mirá las organizaciones paraestatales 2006 y después vemos. Más allá de la reforma o no, Néstor se va a ir en algún momento y todo parece indicar que se viene un nuevo menemismo: quiero decir, otra vez el sayo, otra vez la síntesis, otra vez los que reducen la política a su lugar común. En tres semanas o menos, murió Frigerio y después Gorriarán: los mejores obituarios los vas a encontrar acá, respectivamente. El kirchnerismo es lo mejor que nos pasó en los últimos tres años: es el museo del menemismo. Y mientras tanto, lo que realmente me obsesiona, hoy, es el programa electoral que vamos a formar y luego demonizar nosotros, los que hoy andamos por ahí, robando flores de los jardines de la ESMA.

22.9.06

pavo frío

(...)
La piba estaba ya demasiado caliente, a punto -escribiría Kordon- de reventar; alejada del bulto, en el murallón, apoyada su espalda en cierta columna tajeada, repantigada, contemplativa, leía la Simulación en la lucha por la vida, de José Ingenieros.
(...)

17.9.06

el orden

El niño alfonsinista lee El túnel en el subte que lo lleva hasta Diagonal Sur. A la amistad de Rogelio Frigerio que ha resistido todas las asperezas y vicisitudes de las ideas. Lee. El púrpura profundo de Metrovías le molesta; detrás del plástico había antes una propaganda de una escuela que fundaba su programa en un sistema japonés, Kumón o algo así, basado en métodos de estudio algorítmicos trasladables a todas las instancias de aprendizaje pedagógico; personalizado, individual, los padres argentinos beneficiados con la distribución topográfica de la economía de servicios llevando a sus hijos del Cáucaso a maestras particulares que imitan el sistema que un padre del Sol ideó para su retoño disperso mientras le vende su receta al ranking del New York Times y a la Secretaría de Turismo de Pearl Harbor: método en lugar de Ritalina. Ahora, en su lugar, hay un aviso de bolsas de residuos y una escuela de digitopuntura exportada de Kyoto con sede en el protocolo de Palermo.
Pero en Florida, vuelve a consultar la hora. Cinco minutos entre la pantalla digital del subterráneo y el poste de cuarzo encastrado con el logo del Gobierno de la Ciudad. Uno, comparándolo con el del banco Itaú. Son mejores los de cuarzo; si todavía existe la hora oficial, la voz grabada de la mujer en el 113 se repite con los viejos Seiko que aparecen cada veinte cuadras con el cartelito: Felices horas...Buenos Aires... Sabe que pertenecen a la primera ola de turismo económico. Primero, el regreso; siete años después, la democracia...
Ahora, son las nueve menos cuarto.

11.9.06

la brigada rosa


Sara Gallardo y Héctor Murena para no repetir la dupla Bioy-Silvina como regalo de cumpleaños es un esfuerzo de inteligencia bellísimo: no denota sedimentación cultural vía Magnetto ni consulta a vendedor de piso de Librería Santa Fe a quien lo obligan a laburar por encima de los convenios laborales a cambio de un sueldo magrísimo: hace años que se redujo al mínimo exponencial el mito del "librero", sori: sólo nos queda el grupo Yenny y la estela de Flamarique.
***
Me llegó una orden para verificar estudios urgentes. Chequeo las determinaciones, el prestador y el paciente: urocultivo para un tal Juan Carlos Martini. Bajo a recepción con la ilusión de una anécdota. Nadie. No sé qué le hubiera dicho si me encontraba sentado al autor de La brigada celeste. Tampoco me queda muy claro si su segundo nombre es Carlos. Creo que sí. Su obra, para el caso, tampoco me queda muy en claro.
***
En su momento, MR había tirado una teoría genial: puertas afuera, la mujer está a la izquierda de la pareja; puertas adentro, a la derecha. O sea, es como si casaras a Vilma Ripoll con Antonio Cafiero, ponele. O como si Patricia Bulrrich estelarizara el spot televisivo de H2O. Hay excepciones. Según los cálculos de esta gente (gracias, P) yo soy un conservador, tradicionalista, fanático del orden, un virginiano camisa negra. Por supuesto, yo, feliz de ser tu Santiago De Estrada.
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S me tiró este fin de semana LA frase del mes, extraída de una entrevista al menchevique Bonasso en la última Noticias Urbanas: "No soy un kirchnerista mogólico".
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La frase "te sacaste la lotería" da un poco de cosa. Si recuento, está todo bien pero al final llegan los descuentos por impuestos y te quedás sin nada. En estos casos, habría que hacer como el gran Mercedes Ramón Negrete: cobrar y correr.
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Sino, mejor otra frase: una forma freudiana del romanticismo: "¿querés ser mi ello?"
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7.9.06

rey sol

Que absurda por no decir medio boluda es la nueva campaña institucional del Gobierno de la Ciudad. Lo más gracioso es que en Flores, ahí por Rivadavia y Carabobo, no sé si sigue estando pero hasta hace unos meses sí, hay una peluquería, de esas muy cool estilo Roho o Barcelona, pero menos ABC1, que se llama Actitud Bs. As. Quiero creer que no lo habrán sacado de ahí justamente; por lo menos no de ese rubro.
En todo caso, no sé si se podría plantear una cualquierización del progresismo, pero ya desde la transición del primer gobierno autónomo al gobierno nacional -los cien pasos de Agulla- el diseño ocupó un rol infernal en la imagen de gestión. No es casual, por eso, que en la razzia afrancesada te encuentres con que el naranja y el verde clásico de la Alianza-Frente Porteño pase a ese amarillo patito feo del Pelado o la irrupción de esta campaña, en realidad eje nominal para una serie de demostraciones de fuerza con vistas al 2007: Actitud Buenos Aires.
Como pasa con Sábato, o como ante cualquier visita de Daniel Barenboim -fijate que Cristina hablaba ayer de cómo Rodríguez Zapatero le pregunta siempre por Sábato- o Martha Argerich, por ejemplo, ayer hubo revuelo por la visita de Lalo "One hit wonder" Schifrin. Ahora no la consigo, pero ayer Infobae publicó un fotón del vernissage previo al concierto en el que aparecían Telerman e Ibarra: el primero sonrisa campaña, el segundo rictus superado de la experiencia. Toda la verdad en esa foto de rigor: S me decía ayer: "cada vez lo banco más a éste", mientras presionaba el índice sobre la cara de Aníbal en el monitor de la PC. Pasa que sucede algo que bien podríamos extraer del título de un líbelo reciente de Vicente Massot: la excepcionalidad parece ser la que termina configurando el entramado de una real politik con mayores o menores dosis de urgencia sobre la cual gravitan las decisiones inmediatas y el humor social -o sea: más o menos lo que marca la diacronía entre las rondas de las Madres y Cromañón, si querés.
Digo: Ibarra, en pleno superávit presupuestario, se subió a la montaña rusa del Italpark en el momento equivocado: hoy, si lo comparás con el dedo apuntando al cielo con que la Corriente Porteña levanta a Telerman, el cadáver entiende más y mejor de política que el simpático Jorge. Política, claro, y no gestión y gobierno que es la ilusión monarca tras la composición progresista. Pero claro, hay cadáveres.
Acá entonces iría lo de Marx, eso de tragedia y... Pero en el fondo yo sigo prefiriendo al trosco de Blanqui para estas cositas.

5.9.06

R.A.

Más de una emoción me generó la entrevista que Magdalena (no, pará: detesto el uso cívico que se hace de su nombre de pila, como llamar simplemente Julián al insufrible de Weich) que Magdalenaruizguinazú, entonces, le realizó a Alfonsín para el Perfil del último domingo. Entrando al countdown de mi cuarto de siglo, es una sensación que no puedo evitar. Si alguna vez visitás España, puntualmente Galicia, y aún más puntual Lalín, te vas a encontrar con que en una de las plazas principales hay un gran monumento en bronce, representación figurativa de un grupo de hombres rompiendo las cadenas del yugo, dedicada a la independencia de Filipinas, precisamente de ese mini Imperio del Mal que es el Reino de Castilla. Un poco más abajo, vas a ver una plaqueta, también en bronce, dedicada al Dr. Raúl Ricardo Alfonsín. Padre de la democracia en Argentina, dice o algo así: me acuerdo sólo del concepto.
En cualquier caso, ver eso, con o sin countdown, también te genera una cierta cosita.
Por edad (parafraseando a Fito: nací en el '81 con Reagan a la cabeza) me quedé afuera de algo que no sé por qué me quedó grabado: la nota socio-emotiva que un diario de la ideología realista como Clarín supo hacerle a los jóvenes nacidos en democracia. Mejor dicho: a los que nacieron en la vuelta de la democracia según los manuales de la corporación española Santillana. Ergo, 1983. Entonces, por un año y pico, quedé en una especie de intermezzo generacional que, a decir verdad, los trabajos ignífugos de diciembre vinieron más o menos a galvanizar.
Para empezar, la clásica foto de Magdalenaruizguiñazú con su entrevistado: Alfonso, así gagá como se ve, con su saquito tejido de abuela gallega, está en mejor forma que su entrevistadora. Lo mismo para el plano no estético: Magdalenaruizguiñazú, como ya es costumbre, se limita a sintetizar al mango el sentido común de su club de fans no objetivo, engrandeciendo al ya enorme Alfonso que hace malabares para elevar el nivel de las respuestas. Ahí también se ve un estadista: la única que se quedó en los años del destape fue la periodista. Algo que no se puede dudar de Raúl Ricardo, más allá de los achaques con que llega a la nota: es un actor vivísimo y protagónico de la historia política macro, aquella que nos desvela para revelarse sólo como un mero tour literario.
Pero lo llamativo es otra cosa: si Alfonsín se sostiene es por una habilidad maravillosa: la casa en orden como una idea abstracta e indeterminada de la democracia: la política alfonsinista oblitera el espacio público por debajo de esa gran Idea: no hablo de lo opuesto a demagogia, porque es claro que el follie a deux que se le ataca al populismo, es el que regula también cualquier gestión, pongámosle un nombre, liberal de derecha. No hay político sin peso público y es algo que ya se defendió acá algunas veces: no hay, como quisiera Carrió, por ejemplo, pueblo adormecido, el gran trauma filosófico del siglo XX: en democracia, poder de la referencia en el contexto, no hay sino dialéctica capitalista.
Ya lo sé: me fui al carajo. Pero me preguntaba, qué pasaría si un putsch económico derribara a K antes de octubre de 2007. ¿Quién seguiría escuchando su remera, veinte años después?
La de Alfonsín, percudida y todo, todavía suena. Será que nací antes.

la parca, negra




La Fiera Rodríguez defiende la novela del kirchnerismo.

3.9.06

...con la misma red

Iba a postear otra cosa. La aclaración al anterior: ¿por qué me olvidé de ciertos popes del rock argentino? Pero resulta que llegó el delivery y lo trajo un chico distinto al que viene siempre. Le abrí, le pregunté cuánto era, me sostuvo la mirada todo el tiempo, parecía asustado, no sé por qué, cerré y pensé: era puto o me estaba fichando. Claro que si en el post anterior recorté todo en la selección Charly-Fito-Luis Alberto-Andrés fue por ese mismo motivo. La selección Catalina Dlugi: artistas consagrados en el plano general que por el simple hecho de participar del gremio del presente, ameritan una tapa del Clarín Espectáculos o un bloque en TN Show. Eso.

O sea: barata mea culpa generacional y regalado inconsciente político.

Porque:
1- Estoy a menos de una semana de cumplir el cuarto de siglo.
2- Las capas medias. Una verdadera pasión socio-cultural: la amo y la odio.

Como artistas del hambre, todos nuestros guiños van dirigidos hacía ahí. Y pataleamos. Porque pendulamos con ella.
El jueves, yo también estuve a punto de ir a La Gran Marcha y, también, en ese mismo estado. ¿Me salva que el camino del argentinazo limpió el blanco de mi zeitgeist cínico o que yo sí sepa que podés comprar ketamina en cualquier veterinaria, cocinarla a baño maría, calentarla a fuego lento en un plato, picarla y snifearla? Sólo pataleos.
O guiños.

Creo que soy yo, ahora, el que está absolutamente entregado a su etapa críptica y es normal. Así que, por un tiempo, me limito a los guiños. Alguien que sabe me lo dijo: el post es puro guiño.
Nadie va a leer tus previous post. Ergo: yo también intento descifrar cuál es mi ideología.
Hoy por teléfono me lo dijeron: instinto.

Iba a aclarar también: que el titulo del post anterior no era por el pobre de Kohan. Pax. Prestame Museo de la Revolución y después seguimos.

Total, yo mientras tanto, guiño.

1.9.06

dos veces...

Diez horas en la oficina enganchando el viernes retro de la 100 acaba por reconfigurar mi memoria emocional inmediata en el plano musical. Así llegué a casa y lo primero que puse fue Modern clix; salté directo al track 2: No soy un extraño. Después, ya que estaba, dejé el disco entero. Lo único que realmente me intresa de Charly es eso y el siguiente, Piano Bar; después, algunas otras cosas, páginas de Serú, algo de Filosofía, soporto el unplugged, nada de lo que vino después: lo convencional. De los popes musicales, suscribo a poco. Intocable Lito Nebbia, de Spinetta lo que dije el otro día: rescato que haya hecho algunos de los cinco mejores discos de nuestra historia pero no tolero su seudo vanguardismo que no resiste ningún archivo; ¿Fito?, ah Fito, el sueño provocador y melódico de la clase media que se cayó en las Tumbas de la Gloria, de Charly eso que ya dije y de Calamaro, sí, bastante, en especial Honestidad, aunque en algunos de sus mejores discos se perciba el acento ibérico que conformó el gran porcentaje del cine y el sueño argentino de los ochenta democráticos: mano de obra barata para los medios de producción de los fondos fiduciarios de TVE y Canal+: mucho Alterio y por lo menos un gallego en todas las películas: de Sacristán a Imanol.
Después, alguien que rescato siempre: Daniel Melero. Hace unos dos años, por un proyecto de revista que quedó inconcluso luego de diez números pretenciosos, le hice una entrevista en su departamento de Libertador: arrancamos hablando de una película de Meryl Streep que había visto la noche anterior y lo había emocionado y terminamos contando anécdotas de nuestro barrio, Flores: fue tan obvio que le terminé hablando de Aira, él no lo conocía, le conté del relato que escribió sobre Cecil Taylor y su inspiración en Cage: hasta ahí yo había evitado tocar la conparación con Eno pero hablamos bastante sobre Satie. Perdí el miedo: conocer a alguien que habías admirado durante los últimos diez años de tu vida, humanizarlo, resultó mejor de lo que imaginaba. Hoy sigo prefiriendo escuchar Después a leer Las noches de Flores, por ejemplo.
¿Y Luca? Qué problema. En el país sarmientino, lo más argentino viene de afuera. Pensar en De Angelis, pensar en Cooke, pensar en Gombrowicz; no pensar en Isabel, ni en Pérez Esquivel, ni en Saer, ni en la izquierda local y así. Un problema. Pero es sólo una idea...

27.8.06

heráldica del sujeto

La idea de S. hace unas semanas: presentarnos al Fideicomiso para sustentar una revista barrial de corte levemente K. Levemente. Él quería arrancar ya desde el número 0 pegándole a Fonte; yo, conciliador, dar vuelta el discurso como la cola de un gato.
Por supuesto que me banco mi arborescencia: soy el mismo caucásico republicano que odio cuando miro el espejo.
O como dice M. Zamora en este texto que no puedo terminar de leer -es domingo: ...tratando el problema de la identidad como un proceso creativo no como producto final.
No sé.
Tengo ahí en la cola de espera mis comentarios reales de infancia: cuando tenía cuatro o cinco años, sacaba una silla del living de la casa de mis abuelos al balcón y me ponía a imitar a Alfonsín. La gente me miraba y se reía. Entendían.
Mientras tanto.
Me pregunto qué entenderán los muchachos de la Fundación Lebensohn por creaciones que remitan a la diversidad cultural. Según Ella, algo así como tribus urbanas. De mi lado, una cosa seguramente más obvia. No sé qué entenderá el jurado, por lo demás. En cualquiera de los casos, pienso: no hay. Como P que pensaba que yo era estudiante de Económicas y entiendo el porqué: la cultura es un filtro para esa diversidad. Soy de la quinta que vio una selección de ministros de hacienda que nunca llegaron a los cuartos de final. Me imagino, entonces, que la respuesta está en el banner que abre el portal: sobre un fondo de flores silvestres saturadas, una frase de Benjamin Franklin: "Jamás hubo una guerra buena... ó una paz mala".
Mientras tanto.
Latoya va por su nueva semana de celo. Maúlla desesperada como un bebé negro de la Colonia Neumann. No tengo tiempo. Pero tengo que llevarla a castrar. No me imagino a mí mismo acariciándome contra una pila de bolsos con ropa para lavar.
Yo, por ejemplo, hoy me levanté con un punto negro menos en la cara y las marcas cuticulares alrededor de otros dos.
No es justo.

24.8.06

crack


La densidad del pretérito en el apellido de mi odontóloga me sedujo desde el primer día. Dra. Besada. Un instinto ciclópeo y una aversión genética al dentista me llevó a este record: llevo más turnos reprogramados que plazos en el vencimiento de la deuda externa. Pienso lo mismo que el otro día: si nuestra relación con la política pasaba por chistes epigonales y asociaciones mediatas, hay cosas que ya quedaron en desuso. Habría que rearmar todo un relato de nuevo. En su momento, me jodía un poco -pero los entendía; ahora ya no- los que, por decirlo de esa manera, se quedaban en casa llorando al son de un cassette grabado con doce versiones distintas de Amanda, mientras en la esquina construían un nuevo shopping center o mall o lo que fuere: hoy, supongo, la sinecdóque sería: colgarse, una y otra vez, viendo CQC. Volvía a las dos y media de la mañana en el cuarto taxi del día el día que la bajada de bandera subió un 9% pensando en la palabra época: no sé qué significa; en mi estado tonto, supongo, me retumba siempre con algún poema de Giannuzzi: siempre eso de levantarse y buscar a tientas una camisa, etcétera, etcétera. En realidad: la necesidad de refugiarse en un poema, rearmar todo un, etcétera, etcétera. Que alguien venga y te diga: Teorema es una metáfora predictiva sobre el SIDA, querer regalar ese libro por una lectura anacrónica, marxista y egocéntrica que nada tiene que ver, ir recopilando datos a la manera del Tata Yofre para poder conocer al otro, querer regalar, que los días se pasen una y otra vez reescribiendo el mismo relato de maneras diferentes hasta que llegue el día, más tranquilo, menos químico, más boludo, mucho mejor...

20.8.06

los guiños

Tras un bardeo público, las disculpas íntimas. Hoy: desayuno en horario y P y P. Vagos encomios a Copani. Las pastas: bien guardadas. En la contratapa de Sebrelli, un artículo de Tabarovsky y la foto de Kohan. A menos de veinte centímetros, las últimas páginas de la novela de marras. Se lo acerco. "Después leéte esto." Lo lee. "¿Y?" "Demasiado". "¿Leíste Literatura de Izquierda? -después te lo presto." Mucho diario y poca lectura: concentrado en Tamariscos, recortar a Raimondi y la relectura de un oldie but goldie de Gandolfo, Elvio E. Acá: un texto malo, interminable, un trabajo práctico feo para el taller de Charlie Feiling. "Pudo haber sido el mejor escritor de los noventa pero se murió jóven." Un acuerdo expropiado de él: La larga risa de todos estos años fue el mejor relato sobre la dictadura. La única política que me interesa, ahí, es la mini. La única literatura que me interesa, es en la que el autor se auto corre por izquierda. O por derecha. Una literatura a lo Nikki Lauda. Inmolarse por accidente. Un pasaje de D.T., sí me gusta y va por el lado de mi lectura positiva de su libro. Literatura y política. Radar, Perfil, me faltaba la Ñ: la compré por la tapa de Dylan aunque crea que el Nobel haya que dárselo a Lou Reed y terminé leyendo sólo la columna de Aulicino. Síntesis: hago política rosa, de nenas. Pasar la tarde en un Disco, anotando mentalmente los productos acordados por el gobierno, con mucho dolor de cabeza por un viernes terminado a las cuatro de la mañana, conducido por un taxista duro por San Juan. "Ahí es cuando te empezás a volver un poco humanista", me dijo un amigo fotógrafo que desde que fue paparazzi se obsesionó, como Cassavetes, por las caras de los otros. Entonces: seis y media de la tarde, mensaje de texto y un verso de Dylan -pero el otro: "Hombre, sé mi metáfora". Política rosa. Ahora puteo: cada vez cuesta más postear. La condición de posibilidad del blog, también, es la memoria RAM.

escalera al cielo


–¿Cuál es el defecto capital de nuestros días argentinos?

–Temer a la libertad. Vivimos negándola en los actos, mientras nos llenamos de palabras huecas. No hay que temer a la libertad. Democracia es la traducción práctica, la mejor traducción de la vida en libertad. En la democracia caben las concordancias y los desacuerdos. Democracia es diálogo, es discusión, es diferencias, es coincidencias, es la posibilidad de pensar y de proceder, es emulación. Los totalitarismos emparejan, aplastan, masifican. Estamos demostrando día a día que tememos a la libertad. He ahí la clave de nuestros problemas.



(vía Seba, vía el blog de Felipe)

17.8.06

signo de los tiempos

(...)
Como el concilio: uno de los videoclips que se me vienen a la cabeza cuando recuerdo la época de oro del canal Music21 es uno de Prince. Sign 'o' the times. En casa, llegaba el cable y como teníamos un Grundig relativamente viejo -pero 21 pulgadas y a color- no agarrabamos los 65 sino apenas 13: conectaba el cable de audio/video a la VHS y con su memoria de veintipico de señales, enganchábamos una lista preconfigurada de canales. Music21 era uno de ellos. Roxette, Ace of base, Guns 'n' roses y el de Prince que siempre recuerdo: funk reconstituído y un tipo del cual nunca había escuchado mucho, me parecía medio bala y sólo conocía su enorme participación en el soundtrack de la primera de Batman. La mejor.
***
Batman la fui a ver con mi abuelo. El gran personaje de la familia. Character with character. Por él me hice de izquierda y por él aprendí que sólo la derecha acepta la ideología como un inciso más de la cotidianeidad material. Gran enseñanza. La fuimos a ver en Miramar, guetto de judíos, gitanos y bulldogs, según un graffitti oi pintado en la calle 19, a una cuadra del edificio. Pero también de gallegos. El libro que más disfruté ahí fue uno de Copi, creo, o de Tangalanga, no sé. Yo no leía y mi viejo me cagaba a pedos por eso. Varios años después me compré uno de Jorge Abelardo Ramos y mi primero de Flaubert. El que veía todos los días y nunca compré era uno llamado Frivolidad.
***
Les decía el otro día: "todo bien con Abelardo Castillo. Pero para mí es el opus dei. Numerarios que creen que la literatura es un constante cut and paste sobre el molde de El Capote o la discografía completa de Chejov. No entiendo qué clase de tradición es esa."
***
La novela de los noventa pudo haber sido Vivir afuera o El traductor pero probablemente haya sido Punctum. Frivolidad es un buen nombre pero nada más. Hay algo del orden de la política aliancista en reducir una década a una virtud determinada. En el '99 la capa caucásica vota la oficina anticorrupción y tres años después salen a imitar estrategias del Varela Varelita. Ningún concepto extraído de un diccionario y formado en un monólogo de Enrique Pinti puede ser tema de literatura. No, por lo menos, de esa que le jode un poco la cadena sintagmática "El refugio de la cultura", por ejemplo.
***
Recién escucho que alguien dice: "Nunca sobran tres líneas. Acá hacemos más cambios que en Economía". Pensé: "eso es viejo. Ahora había que decir: más cambios que en Desarrollo Social".
(...)

14.8.06

promotor


Son días musicales sin música, sin caja de ritmos o línea de bajos clara, pero no importa. Reconocí el sábado: si tuviese un mínimo de talento musical, mandaría todo a la mierda: la literatura, la política, el trade-off social y el pago de impuestos: me pondría una banda. Hoy, mientras sonaba en la radio What's up, Seba confundió Four non blondes con Boy George (insisto: el clon más perfecto que conozco de José Luis Rodríguez Zapatero). No lo entendí. No tener bien en claro quiénes fueron los cuatro no rubios es haber perdido en el camino un pedazo importante de los noventa. Como los parripollos, el paddle, los templos pentecostales; bah, toda la letra de ese b-side de Babasónicos. Pensé en esto: quizás sea la edad, pero me desentiendo de la gente que, sacando lo micro y macro económico (y es discutible, también) desprecia esa década llamada noventa...

valle de la muerte sesenta y nueve

"Con el dólar barato de Martínez de Hoz pude encargarle mi primer grabador National Panassonic a un amigo de la familia que viajaba seguido a Miami por esos negocios turbios que se hacían entonces. Era la época de la plata dulce y yo todavía ignoraba que el tipo de cambio iba a incidir en mis posibilidades futuras de acceso a la música. Tampoco me preocupaba mucho."

13.8.06

c.v.

Cuando escuchaba la voz lluviosa en el UHF solicitando un móvil a avenida La Plata y Rivadavia o Charlone y Lacroze, por ejemplo. Decía Charlone: una bilabial atravesaba la frecuencia, imaginaba los labios gruesos, juntos, cerrando una aguda, contra el intercom de la radio. En la GNC donde paraban el resto de los móviles, había averiguado su nombre. Clara. El 737 que alquilaba el taxi y todos los días a las seis de la tarde viajaba a la central a retirar las llaves y los papeles, la conocía. ¿Era fea? Lo habían jodido con el típico chiste de las películas yanquis: las locutoras de las hot line que uno no ve y terminan siendo amas de casa gordas y desaliñadas impostando la voz atemperada de una princesa caucásica del sexo a distancia. No le importaba. ¿Necio? Un porteño standard con un promedio de veinte años arriba de un taxi estaría dispuesto a romperle la cabeza a cualquiera que le diga necio por sólo sentir un hormigueo en la clavícula al escuchar la voz de la recepcionista de un radiotaxi en un mínimo de cincuenta o cien veces por día. Clara. No pensaba en la justicia poética del nombre. Trataba de hacer las rondas por Colegiales, cierta zona de Palermo, algo de Belgrano; ahí la radio enganchaba mejor y se escuchaba más claro. El 304 lo aleccionaba: decía que si recortaba el perímetro sólo para oír la voz de Clara, desperdiciaba el verdadero valor de su voz: un viaje desde Plaza de Mayo a Ezeiza, por ejemplo, pagaba el gas, un café con leche y dejaba unos pesos de vuelto para aceptar otro viaje similar de veinte o treinta mangos y con eso una boleta de luz. Pero prefería su voz a la radio o a una charla anodina. Eso también pagaba. Le hacía chistes: la invitación eterna a un asado era tema constante. La imaginaba flaca, mejor: mucho más joven que él, rolinga, probablemente, afecta a unas cervezas y un porro los sábados o domingos de franco. Circulaba en un radio de diez cuadras a la central pero no se atrevía: la virtud de los dueños de licencias de taxi es que no necesitan fichar, rendir cuentas diarias: el abono de un canon mensual es suficiente. Cada vez que escuchaba su voz, cuando empezaba su turno, llamaba a la central, usaba el canal general y le decía a todos los móviles activos que era la mejor voz, la que mejor modulaba, un encanto, la más expeditiva –decía expeditiva-, un gusto y un lujo trabajar con ella. Algunos se reían. Quizás sea mucho decir, pero alguien lo escuchó y la reacomodaron. Al mes siguiente, dejó la radio y se ocupó de tomar los llamados y cargar los viajes en la interfase. Menos horas, mejor sueldo. El 521 seguía diciendo que era horrible, físicamente horrible; él también la conocía, que se la había cogido, que era frígida; se reía y se hacía el superado. Él no. Necio. Fracasó pero a Clara la ascendieron. Algo había logrado.

9.8.06

ex


éxito la pegó: hace honor a su nombre. hablamos de la puesta en circulación y en situación, también, de una pregunta. ¿necesaria? bueno: toda pregunta cuando surge, pareciera brotar de alguna necesidad. había tirado alguna vez acá que toda generación -literaria o no, pongamos: literaria- tiene el derecho de reproducir esa oracioncita: con literatura, una generación. ¿es el mercado un eje para guiar la producción literaria? habría que ampliar un poquito más el término sino no me convence. lo que decían en puán sobre aira cuando empezaron a girar sobre los talones del sí: saturación del mercado, reproducción entrista de su lógica, publicación desmesurada en editoriales chicas -interzona, viterbo... claro: a aira todavía se lo consigue en saldos de emecé a menos de tres dólares y lo edita mondadori a precio de el corte inglés. el mercado. el mercado, en su mejor forma, es una de las repúblicas posibles de alberdi: como los contratos millonarios de la fifa o los recursos del tesoro nacional: contra una "literatura de notables", formas populares de democracia: clase básica de novela popular y folletín. el mercado. en los comentarios de monolingua, se hablaba de la ampliación de escrituras: cada vez se escribe más. que el mercado, entonces, traduzca la precarización de los modos de producción y acceso a los canales de distribución -escribo y me busco un sello que me edite- es una parte pero no alcanza. ¿puede el sello -y teniendo en cuenta el recorte de editoriales y de poéticas que hace haceme llegar- suplir la ausencia de un programa sedimentado de escritura-publicación? ¿sintetizarlo? falta el sujeto pero está la orga: ¿algo así?. son apuntes: ¿o al final SÍ había política en los noventa?
(...)

5.8.06

con la democracia se coge

Había que esperar una llamada o un timbre. Mejor un timbre. A medida que corrían los minutos, aumentaba la ansiedad. Eso que segrega el cerebro o el sistema nervioso central cuando se está a la espera de algo. Ansias, ansias. Descorchamos un vino. Prendimos uno. "Mirá lo que me regaló mi hermana", me dice. Dos veces junio. "No sé, no sé -le digo: había estado intentando calmar la ansiedad pegando fotos y papeles a lo largo del depto: una de Gainsbourg mal recortada, una de mi abuelo sonriendo a una polaroid con el mar, supongo, de una playa de Miramar detrás y al borde la inscripción con birome: sexy seide, una estampita de La Milagrosa comprada a una nena en el subte- No sé. Quizás Kohan sea un tipo que si charlo una noche llego a más acuerdos que a otra cosa. Pero esto. En literatura no me va. Es como escuchar a Las manos de Filippi, ¿no? Además ellos: Sarlo: todos ex maoístas, alfonsinistas de izquierda: parecen los pibes de Formosa 114, los Irrompibles". Le pedí prestado El otro, la biografía de Duhalde que escribió López Echagüe. Literatura política. "Mirá que con eso al final te hacés duhaldista". Miro la solapa: HLE parece Bolaño: en el acto de prender un cigarrillo, tiene el filtro tomado con los dedos de la izquierda y el Zippo con la derecha. Todo de negro y el humo detrás. Tomo un extracto al pasar:
El gobernador está exultante. ¿Qué importancia tiene que Menem continúe tramando su reelección? Para lograrlo de manera legítima, con consenso, deberá alcanzar un acuerdo con el radicalismo. Y a Duhalde, al menos esa noche, le parece improbable que semejante cosa suceda. ¿Cómo podría Alfonsín pactar con un gobierno al que habitualmente tacha de fascista y autoritario? No, no será posible.
Después hablamos del drama K: "Yo ahí soy kirchnerista ortodoxo. Todo lo que hizo para cerrar los setenta. Hay que terminar con el 24 de marzo, loco. Digo: el relato. Sino no vamos a poder hacer política nunca. Vamos a hacer pasantes del lobby setentista toda nuestra vida." "Pasa que va a ser difícil militar en el 2011." "Sí, ya sé". Después pusimos un disco de Happy Mondays. Era viernes. A las diez menos veinte, sonó el timbre.

4.8.06

travesti

"Si fuera cubano, no me interesaría la literatura. La cultura. Si viviera en Cuba. Comandaría una zafra, administraría un latifundio con bonos estatales, en todo caso: operaría en los circuitos de cuadros medios del PC"

"El blog pertenece a la poesía"

"Todo bloguero con ansias literarias acaba por escribir algún poema / Secta, Política"

"Postulo un encuentro de luchadores blogueros en la Federación de Box"

"Ellos no. Ellos leen un sólo libro"

2.8.06

abajo el sistema representativo

Un sábado como un viejo video de Queen: una fina capa de cera
en el parquet
después de barrer y baldear: me ocupo de la casa
limpio y acomodo el living, ordeno
los estantes, los cuartos, todo eso me lleva exactamente dos horas y media
escuchando esa radio
en la que transmiten
una sinfonía en stretto de un empleado sublingual
una categorización del nivel adquisitivo como enfisema de la intervención pública
ocupa la hora y media que resta de programa
y puesta a punto de la casa como el ama que no soy
pero que por un instante de ampliación modulada: eso
y cada fragmento de eso: también
se define
de acá / en adelante.

1.8.06

la ficción política II


Por historia entiendo otra cosa. O sea: madre pequeño burguesa que en los años de plomo de los años no sabía nada, maestra jardinera de escuela pública de Villa Lugano, votante radical, anti peronista, porque en la época de Isabel te obligaban a poner una foto de P. en todos los comercios y mi abuelo, que había sido cafetero del Viejo, contrabandista de cigarrillos en una banda liderada por el segundo de José María Guido, también, también es radicheta, mejor: alfonsinista, en cambio padre europeo, nacionalista, afín al sindicato único de separatistas de una república anexada por el imperio castellano, tan ácrata que nunca se le dio por terminar la universidad, que casi termina cura y salió agnóstico, él, se vino a fines de los setenta y le dijo la posta de lo que estaba pasando, él, cedió y se casó por iglesia, madre católica por creyente, él era -es- contrera porque Perón le vendió granos a Franco y entonces era fascista, y por él no hay izquierda argentina, marxista, ¿no?, él, que no me hablaba en español sino en su lengua, me mostraba fotitos del Che, me hablaba, bien, de Lenin, Fidel, el último capítulo del siglo XX, decía, en la mesa: todos los policías son botones por naturaleza, y ella, no, ella trabajaba y entendía, votaba a Angeloz, al Frepaso y a la Alianza, prefería a Graciela, porque conocía el ámbito público, y nosotros, afiliados a IMOS, nos atendíamos en el Muñíz, donde una vez de chico vi una cucaracha volando, mi pediatra, mismo apellido que la interventora del Pami, nos atendía de onda, porque había dejado de atender a IMOS, IMOS no pagaba, entonces, en casa, la premisa era: podemos no tener cualquier cosa pero no podemos no tener cobertura médica, y un día nos pasamos a la prepaga del Italiano, y todos festejamos cuando lo metieron en cana a Menem, el hijo de puta que pregonó: la política es el arte de lo posible.
(...)

31.7.06

la larga risa de todos estos años

Había arrancado con la idea de que el blog tenía que intentar ser una continuidad más o menos actualizada de sus fragmentos. Un verdadero folletín o novela por entregas; una novela de ideas: o sea: un blog no mitalista, podría decir Alan. Unos post más abajo publiqué un desordenado cruce de recortes que cuando lo leí ni yo lo entendí, apurado por publicarlo en horario laboral, pero que después ya no quise borrar. Hablaba de Birmajer. A ver, nada que ver pero viene al caso: a mí también me molesta la idea de despolitización. Y eso que durante mucho tiempo la enarbolé como plataforma retórica. El pretendido "regreso de la política" post-diciembre me parece una farsa, en algún punto una boutade o una ingenuidad: recorridos casi un lustro en este camino del Argentinazo, parece menos un putsch revolucionario que una ampliación porcentual en la medición del share minuto a minuto del rating receptivo. Las desbocadas verbas del pensamiento parapolitizado son más fáciles de identificar y fraguar que el psicópata de Belgrano: en el identikit salimos blancos, académicos, compungidos, a la cabeza de un movimiento invisible. Con esto quiero decir que no descarto que si hoy se armara una antología de nueva narrativa argentina -de eso estoy hablando- yo votaría el título "La selección trosquista". Si hay algo que tiene la democracia es la complejidad que niega un estado policial político-armado (una dictadura): la política deja de ser una vara con la cual se mide la acción ciudadana y pasa a ser la acción misma. La ciudadanía y sus reglas. En democracia -esto jode- todo es política. Por eso me gustaba lo que Birmajer dejaba entrever en su artículo de pose apolítica, un poco peligrosamente ingenua, dentro de lo aburrido que es: no hay, no habrá, es imposible que haya una línea de continuidad entre las políticas económicas del gobierno militar y las de Carlos Saúl. Precisamente por esto, dice: "(la convertibilidad) fue votada dos veces por la mayoría del pueblo argentino y se llevó a cabo no sólo en la plena efectividad de la libertad de prensa y con la totalidad de las garantías constitucionales, sino en el marco de la Administración más pública y libremente criticada desde el retorno de la democracia."
De ahí se suele tejer la trama post-fascista de la masa enceguecida. Lo que no dice, no puede decir es la complejidad inherente del relato histórico, aquélla fábula donde lo que se puntea es una relación simbólica y sintáctica más difícil de identificar que la del conteo de porotos, el liderazgo político como cabeza final de prosopopéyicos fascios di combattimento o el referendum del voto cuota.
No hay ni habrá relato si no se barre con el concepto de menemismo.
(...)

28.7.06

monografía


(...)
Estamos, sí, treinta años antes del situacionismo. Pero no importa. La inmensidad, la contradicción, la multitud es la democracia. Estamos hablando en términos whitmanianos básicos. La democracia. Después de Whitman, la democracia no es gobierno del pueblo –o digamos: no es exclusivamente gobierno del pueblo- sino un magma de voces, una caldera lírica de opiniones, experiencias y líneas históricas.
(...)

27.7.06

catch a fire

Alguien me dijo una vez que odiaba a la gente con ese tipo de militancia.

Entschuldigung...

26.7.06

lecturas

Éste es un artículo positivamente menemista que me gustó, publicado el 4 de abril para el portal español LibertadDigital. Su autor Marcelo Birmajer, responsable, entre otros libelos, de la novela Tres mosqueteros, que esta semana, aprovechando que después de finalizado Montecristo ya tengo la cabeza demasiado quemada, decidí comenzar a leer, en una versión editada en España y que compré hace unos dos años en la sección de saldos del Coto de Directorio y Culpina, a cinco cuadras de donde Aira resolvió el conflicto por un secuestro mediante la disputa entre dos robots gigantes. Es la misma semana en la que decidí releer Glosa: obviamente, algo me atosiga por estos días. Por lo que respecta a Birmajer, pensaba terminar la novela y ver si se me ocurría decir algo al respecto, mientras tanto recordaba una frase que leí de él, hace unos meses atrás, y reproducida por Bloguín en el marco de un encuentro de escritores en Punta del Este, el último verano.
"Un escritor es opuesto a lo que sería un funtamentalista suicida, ya que muchas veces sin encontrarle un sentido a su obra logra transmitir la idea de que vivir vale la pena".
En el artículo de marras, el autor de Historias de hombres casados trata de conjurar, mediante una vuelta epistemológica del más intrincado y bienintencionado realismo de derecha, la relación -must inagotable de los sectores progresistas post-proceso, reforzados en el calor atmosférico de la época decembrina- entre el programa económico de Martínez de Hoz y Cia. y la brecha post-Rapanelli abierta por Erman, o sea la continuidad entre el vaciamiento financiero de los noventa y el sistema económico de la dictadura.
"La convertibilidad de los 90 no tuvo absolutamente ninguna relación con la dictadura del 76: fue votada dos veces por la mayoría del pueblo argentino y se llevó a cabo no sólo en la plena efectividad de la libertad de prensa y con la totalidad de las garantías constitucionales, sino en el marco de la Administración más pública y libremente criticada desde el retorno de la democracia."
Gracias a Birmajer, por más ramplón e ingenuamente torie que pretenda parecer, que en el update más reciente del portal español, dice esto, al calor de los bombardeos sobre Bint Jbail: "Sabe Jorge Berlanga que en la actualidad los norteamericanos y los judíos estamos obligadamente en la línea de batalla contra el fundamentalismo islámico, y que somos la última contención antes de que un furibundo fundamentalista islámico venga a golpearlo y violarlo como reclama a los gritos, igual que la confundida protagonista de La pasión turca."

19.7.06

groupie

Bandeja de entrada
Miércoles 19 de julio de 2006, 20:04

gonzo, quedó medio desactualizada. leela igual, no la escribió cualquiera. lo mejor es la resignificación de "unidad en la diversidad". lúcido.
abrazo.


(...)
El poder no es ni malo ni bueno. Es un instrumento, Depende de cómo se lo utilice. Demonizar el poder es demonizar a la política, a la actividad de los partidos políticos, a la Constitución misma que en el artículo 38 reivindica y protege la actividad de los partidos políticos. Al peronismo le interesa el poder, por supuesto, y no renegamos de él, ya que sin poder no se puede cambiar la vida del pueblo al que servimos y del que proviene la legitimidad de gobernar.
(...)
Supongamos que la política de derechos humanos del Presidente fuera repudiada por la mayoría del pueblo. Seguramente no se hubiera llevado a cabo. Los gobernantes tienen un límite y ese límite en democracia es la opinión pública, es el electorado que avala o repudia con su voto determinados proyectos.
La historia se encargará de evaluar imparcialmente cuánto se avanzó y cuánto se retrocedió en materia de derechos humanos en los gobiernos de la democracia. Nosotros nos preocupamos por el presente y tratamos de legislar en consecuencia.
(...)
El dogmatismo no es la esencia del peronismo, un movimiento integrador, flexible y netamente pluralista. Que alcanza su esplendor cuando la diversidad se sintetiza en un liderazgo. Se nos achaca que tuvimos a López Rega. Pero fuimos los mismos peronistas quienes lo echamos. Y como este tema polémico hay otros. Lo importante es que los peronistas a la hora de gobernar privilegiemos los comunes denominadores y no las diferencias que separan, dividen y frustran la esperanza popular.
(...)
La movilización popular es parte de la democracia. Subestimarla, descalificarla, es hacerle el juego a las minorías que se creen las dueñas de la democracia. Y las minorías son eso: minorías, que pueden ser mayorías en tanto se lo propongan con proyectos alternativos y movilización. Les guste o no esas son las reglas del juego de la participación ciudadana y de los partidos, más allá que merezcan una profunda actualización estructural y doctrinaria.

La gema completa, acá

18.7.06

etnografía política

La generalización de protestas y acciones colectivas en el interior en la última década demuestra que hay otras formas que entran en tensión con éstas. Sin embargo, durante mucho tiempo se pensó que con la democracia, el clientelismo iba a desaparecer. Pero, en cambio, se está consolidando un clientelismo que yo llamo de avanzada. No es un remanente de viejas formas de hacer política. Si el Estado sigue desapareciendo, si se consolida el hiper -desempleo, lo que tenemos en el horizonte más o menos cercano es más de estas formas clientelares.
Javier Auyero (vía Paniagua)

para calmar la ansiedad de estos dias

13.7.06

esperando el ómnibus

"Creo que de fondo, como pasa con las cosas que no estaban en el plan, que aparecen y que casi siempre descubrís después que terminás, hay un rechazo de lo literario como sistema, que me había hartado en ese período, sin que me diera cuenta conscientemente. Lo literario como sistema argentino de funcionamiento, la seudopolémica, la inserción o el rechazo violento de Aira, el ala realista, Saccomanno, Feinmann. Dejando de lado lo que cada una de esas obras significa, el funcionamiento general de los últimos años a mí me parecía débil. A nivel personal me aburría fabulosamente. De cada uno de esos tipos yo elegí cosas que me gustaron para leer, pero así como hay un código de funcionamiento de las carreras de la Fórmula Uno, pasaba lo mismo con lo literario y también, a mi juicio, con la prosa y con lo más visible de lo poético, en ese momento. Hay una gran capacidad automática del sistema, esa especie de ficción monumental que armamos todos, de absorber cualquier cosa, incluso lo aparentemente contrera. Aira funcionaba bien en cuanto a su proyecto, como una especie de tipo situacionista, que cambia de lugar todo el tiempo, pero después empezó a escribir contratapas en Babelia, se abrió un espacio claro en España, aquí aparece en cuanta revista o en cuanto sello existe, y eso pasa a ser un seudópodo más del sistema que funciona de una determinada manera."
Elvio Gandolfo, en Radar (vía Interzona)

12.7.06

la ficción política, primera parte


Hago una biografía experimental sobre mi kirchnerismo: en 2003, en marzo, voté al Frente para la Victoria. Fue un voto buscado aunque no dejaba de interrogarme: en el fondo era la primera vez que votaba al pejota. Mejor hilvanado, era la primera vez que votaba al peronismo, a candidatos que representaban a algunas de las formas que entiendo del peronismo. En el '95 acompañé una caravana del Frepaso, a la salida del colegio, con Bordón, Chacho y Graciela; me llevé unos volantes, un afiche que pegué en mi pieza y la ilusión de derrocar al menemismo, con la idea que se puede tener a los quince años, en 1995, en una casa donde se leía el Página de Lanata y el menemismo era una obscenidad que ni siquiera nos había derramado un mínimo beneficio económico. Voté por primera vez en 2001. Presidenciales. PC+MST. Repetí la fórmula una o dos veces hasta que empezé a pelearme con los nenes rentados y vino el autonomismo, el flirteo situacionista con la retórica de derecha, Hegel, Blanqui. Por esa época las pintadas eran "El país tiene cura" o algo así pero a la hora de votar corté boleta por Alfredito Bravo para que no ganara Béliz: en la versión local del Bush-Gore / Calderón-López Obrador, ganó el ecologista ofidiófobo: cuatro años antes, de visita en Argentina, mi tía española y bióloga le regalaba a mi viejo el libro con la plataforma electoral y hug-a-tree de Nueva Dirigencia. Era 1997.

11.7.06

los condenados de la tierra


Estoy escribiendo a contrarreloj, antes de la parada programada dispuesta por Blogger a las 4:00PM. Más información: pensaba empezar esto así: ¿de qué sirve todo esto si no es para colgarse de las tetas de una discusión ajena? Se postea y se comenta sobre espiritualidades, afiliaciones y gastroenteritis. Un amigo brillante y poeta sublime del reggaetón político me ladea como al pasar: "pero vos no dejás tan expuesto tu kirchnerismo, qué sé yo, está bien." Poeta argelino, él, y operador de la vieja tradición ad hominem, me conoce. O como quise explicarle el otro día a Zizou: yo era una cosa antes de 2001, una cosa después y otra cosa pasado el 2003. A ver: soy kirchnerista por el después, más allá de una afiliación y afinidad simbólica -yo, por lo menos yo, así entendido, como yo lo entiendo, yo: no me atrevo a hablar de espiritualidad, respetuoso de la intimidad arbórea y pública de una familia- más allá de todo ESO, por supuesto, tan repetido que ya ni da, tan percudido por la "opinión publicada" que se aceptan en igual medida abroquelaciones y oposiciones. Yo no reniego de mi estómago: dije alguna vez en este ámbito que apreciaba y hasta me consideraba groupie -aquéllo que olvida la vergüenza y la condición de sujeto frente al objeto de su deseo- del Mono José María Díaz Bancalari. Igual que lo soy, lo fui, de Alfonsín, de Duhalde, de Kirchner, de la retórica de poder K aunque ahí también es cuando entra en juego mi enano republicano y se repliega -por eso esa misma noche confirmé mi ida: de militante social a militante de la cultura blanca y académica. No reniego por esto: porque tengo la política -ese inviolable lunar de nacimiento- y la recepción de la política. Me obsesionan los cambios fisiológicos que perpetra una época. Sé que no se entiende: el lugar de participación es mínimo y fogoso (entre el esplendor post-asambleario, la ingenuidad, al chiste cínico contra los troscos hay menos de dos años de diferencia). El lenguaje, la gramática de la intervención es todo lo contrario. Y desde el nicho pelotudo busco una excusa para hacerme cargo. Después lo explico.

calcio

Crepita el fósforo aturdido de su imagen

9.7.06

política de hechos consumados


Una novela nacional y los hombres hechos de ESTA época. Una política de la narración, en un continuado épico y retórico, sería hoy difícil de identificar. Pero eso es un problema de la exégesis. La política, quisieramos empezar a notarlo, es como hecho un capítulo cerrado y como lectura y producción una obliteración de la línea. Hoy la cosa es distinta o no tanto. O como le leí decir una vez a un pigliano personaje de Viñas: "Y hará nuevamente moral en lugar de interpretación histórica." Una política del macramé. Hoy mismo la síntesis la encuentro en el título de la biografía del gran cantautor español Nacho vegas. Política de hechos consumados.
Quisiera robárselo.

8.7.06

las plateadas cruces de black sabbath

La diferencia entre Astrid y la chica que vio anoche con la remera del disco de los Beatles era programática. Para empezar, Astrid representaba una seducción anticuada. Mal que mal, Marcos se esforzaba. Estaba intentando reflexionar cuando ni siquiera había tenido tiempo de tomar un café. Llegando a la esquina, se le cruzó por la cabeza. La travesti aquella lo miraba desde el marco de la puerta mientras se acomodaba unos centímetros el top blanco. Ella y el grupo que siempre paraba en la esquina acababan de poner una suerte de clínica clandestina en una casa de puerta metálica para garantizarse la infinitesimal cobertura de un centro de salud. Marcos todavía no entendía cómo estando ellas trabajando a sólo veinte metros de ahí, un grupo o un par de personas habían podido pintar con aerosol el frente de la casa con cruces negras y un viva cristo rey. En la retórica de sus vecinas, cronológicamente anticuadas pero antentas al lenguaje de moda, no cabía la mínima posibilidad de parcialización.
La idea había empezado a girarle por la cabeza: pegar la vuelta y volver a casa. Podía llamar a la oficina y simular una descompostura. Especulaba con la condición improbable del síntoma: difícil de recetar y contradecir, a diferencia de unas líneas de fiebre o un embrión de faringitis leve. En eso Marquitos era brillante. Para el caso, un médico laboral no se iba a jugar la cabeza: negar la condición de inhabilitado, arriesgándose a una recaída grave del empleado en horario de trabajo porque el profesional no le autorizó el reposo, exponiéndose él mismo y la clínica a un juicio laboral. No: no existe la excepcionalidad en el largo plazo. La ropa con la que había dormido esa noche seguía tibia en el suelo: esperarlo así vestido era una prueba de apoyo importante para demostrar que apenas pudo salir de la cama.
Prendió la hornalla, puso la pava en el fuego y sacó la manteca de la heladera para que se ablande. Quería escuchar música. Ya sin el automatismo de las cinco horas diarias, deseaba elegir puntualmente la banda de sonido. Mientras buscaba, tarareaba una canción de los Abuelos de la Nada; buscó mejor y encontró un compilado grabado ya no se acordaba por quién. Desde la cocina se escuchaba el inicio de Costumbres argentinas. Volvió al equipo y adelantó al siguiente tema. Hay canciones vencidas, que ya no dejan ni el sabor de lo que fueron, demasiado asociadas a programas de televisión o novelas mal planificadas que inevitablemente contaminan sus notas. Pensó: o a una época determinada, y se acordó de esa canción de Diego Torres que usaba como cortina un programa periodístico ligado a la derecha mientras bajaban al gobierno de Chupete.