26.7.06

lecturas

Éste es un artículo positivamente menemista que me gustó, publicado el 4 de abril para el portal español LibertadDigital. Su autor Marcelo Birmajer, responsable, entre otros libelos, de la novela Tres mosqueteros, que esta semana, aprovechando que después de finalizado Montecristo ya tengo la cabeza demasiado quemada, decidí comenzar a leer, en una versión editada en España y que compré hace unos dos años en la sección de saldos del Coto de Directorio y Culpina, a cinco cuadras de donde Aira resolvió el conflicto por un secuestro mediante la disputa entre dos robots gigantes. Es la misma semana en la que decidí releer Glosa: obviamente, algo me atosiga por estos días. Por lo que respecta a Birmajer, pensaba terminar la novela y ver si se me ocurría decir algo al respecto, mientras tanto recordaba una frase que leí de él, hace unos meses atrás, y reproducida por Bloguín en el marco de un encuentro de escritores en Punta del Este, el último verano.
"Un escritor es opuesto a lo que sería un funtamentalista suicida, ya que muchas veces sin encontrarle un sentido a su obra logra transmitir la idea de que vivir vale la pena".
En el artículo de marras, el autor de Historias de hombres casados trata de conjurar, mediante una vuelta epistemológica del más intrincado y bienintencionado realismo de derecha, la relación -must inagotable de los sectores progresistas post-proceso, reforzados en el calor atmosférico de la época decembrina- entre el programa económico de Martínez de Hoz y Cia. y la brecha post-Rapanelli abierta por Erman, o sea la continuidad entre el vaciamiento financiero de los noventa y el sistema económico de la dictadura.
"La convertibilidad de los 90 no tuvo absolutamente ninguna relación con la dictadura del 76: fue votada dos veces por la mayoría del pueblo argentino y se llevó a cabo no sólo en la plena efectividad de la libertad de prensa y con la totalidad de las garantías constitucionales, sino en el marco de la Administración más pública y libremente criticada desde el retorno de la democracia."
Gracias a Birmajer, por más ramplón e ingenuamente torie que pretenda parecer, que en el update más reciente del portal español, dice esto, al calor de los bombardeos sobre Bint Jbail: "Sabe Jorge Berlanga que en la actualidad los norteamericanos y los judíos estamos obligadamente en la línea de batalla contra el fundamentalismo islámico, y que somos la última contención antes de que un furibundo fundamentalista islámico venga a golpearlo y violarlo como reclama a los gritos, igual que la confundida protagonista de La pasión turca."

No hay comentarios.: